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El laberinto verde de Aranjuez

El espacio, que data del reinado de Carlos IV, es un lugar ideal para quienes huyen del turismo masivo

Antonia Laborde
El parque de la Isla en Aranjuez.
El parque de la Isla en Aranjuez.álvaro garcía

Los datos

Superficie: 200 hectáreas.

Propiedad: Patrimonio Nacional.

Horario: Del 16 junio al 15 agosto: de 08.00 a 21.30. Del 16 agosto al 30 septiembre: de 08.00 a 20.30.

Cómo llegar: En coche, A-4, desvío a la M-305. Línea de Cercanías C-3

Puntos de interés: Palacio Real de Aranjuez, Real Casa del Labrador y Museo de Falúas Reales. La fuentes Narciso y Las Cabezas, ambas del Jardín del Príncipe, y las del Espinario, Hércules e Hidra y Hércules, del Jardín de la Isla.

Hubo una época en que no resultaba raro encontrar entre los anuncios de jardinería del periódico la apostilla “jardinero de Aranjuez”. Han pasado muchos acontecimientos históricos y familias reales por este sitio, pero también muchos jardineros. Carlos (nombre ficticio), trabaja desde hace 36 años en los cuatro parques que componen el conjunto formado bajo la orden de Carlos IV: el del Parterre, el de la Isla (característico por su trazado), el del Príncipe (el más grande, con 150 hectáreas) y el de Isabel II. “Es un honor trabajar en un Patrimonio Histórico, es muy distinto a hacerlo en otro lugar. Son casi 200 hectáreas bien pensadas, donde plantar una flor, podar, regar, es diferente”, sostiene.

Más información
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La sombra se encuentra en el Parque de la Isla. Su nombre lo debe a que está rodeado por tres lados: por el río Tajo, por una ría artificial y por el Palacio Real.

Mientras Carlos recorre sus atajos, entre árboles centenarios, recuerda a los “chillos”. “Eran niños de 12 a 14 años que se dedicaban a llevar agua de las fuentes a los jardineros. También se los conocía como agüeros”, recuerda. Eran otros tiempos. No solo porque los niños ejercían esa función, sino porque las fuentes tenían agua. Ahora, de las 13 fuentes que hay en el Parque de la Isla, solo cuatro están en funcionamiento. “El presupuesto de Patrimonio nunca ha estado tan bajo”, lamenta el jardinero fiel. Una encargada de seguridad agrega que hay algunas en reparación. Y su ausencia no da igual: los pocos visitantes que tiene el parque se concentran en los bancos que están a la sombra y frente a las fuentes con agua.

Una escultura del parque de la Isla, en Aranjuez.
Una escultura del parque de la Isla, en Aranjuez.álvaro garcía

Con la moda de la turisfobia, muchos de los visitantes valoran que los jardines no están concurridos. Piedad, catalana de 51 años, llegó a Madrid por la mañana, dejó las maletas y se fue a Aranjuez con una amiga. “Es un sitio acertado para el verano. Se ve que hay restricciones de agua y que no hay mucha gente, pero eso se agradece viniendo de Barcelona”, dice. Dentro de su recorrido, ambas visitarán la Casa del Labrador, un pabellón de caza situado en el parque del Príncipe (solo se puede ver con visitas guiadas). Ostap Jaskovic, ucranio que vive en Alcorcón desde hace 10 años, también valora la tranquilidad que se respira: “Yo busco naturaleza y paz, y esas dos cosas las encuentro en estos jardines”.

En los bosques y parques que resguardan el Palacio Real de Aranjuez apenas hay sonido. Lo único que se escucha al transitar por el laberinto de arbustos que forman el parque de la Isla, un jardín paisajístico que mezcla la moda inglesa y francesa de finales del siglo XVIII, es el flujo del río Tajo. Y, casi con timidez, los cantos de los pájaros y las risas nerviosas de los niños que corren para esconderse entre los árboles. Este Patrimonio de la Humanidad (que también incluye el palacio) parece servir de escondite para los turistas o de tubo de escape para los municipios aledaños.

Recorrido guiado

Soportales del parque de Aranjuez.
Soportales del parque de Aranjuez.álvaro garcía

Para Ascencia Sevilla, de 64 años, y Miguel Mena, de 65, el parque está distinto. Viven en Rivas y no lo visitaban desde hacía 10 años. Aprovecharon las vacaciones para recordar. “Nosotros somos los que hemos cambiado, sabemos más lo que vale esto. Ahora apreciamos más la naturaleza y el tiempo”, afirma Sevilla. Los que nunca han estado en el lugar o quieren un recorrido más guiado, pueden coger el Chiquitrén, un pequeño tren turístico que realiza un recorrido con guía por parte del casco histórico y por el gigantesco Jardín del Príncipe. Esta alternativa fue la que escogió María Olgún, peruana de 73 años, que visita España por primera vez. “Vine porque me hablaron de la arquitectura y de los parques, que la verdad es que tienen una belleza incomparable”, asegura esta oriunda de Costa de Chimbote.

La hora de comer es difícil. No porque no haya oferta, al contrario. Solo en la entrada del Parque Isabel II hay cuatro personas, cada una entregando folletos de su restaurante respectivos. Emilio Jara, que regenta el suyo desde hace 20 años, sostiene que la gente que visita los Parques de Aranjuez quiere ver naturaleza y comer rico. “Por eso en mi folleto pongo el menú y un mapa del sitio, con las fuentes y todo”, explica. Y así, en un lado de la hoja naranja tienes una oferta de caldero de arroz de bogavante o cachopo de terna y por el otro el clásico “usted está aquí”. Con el horario en el que las fuentes tienen agua y todo. Algo importante en tiempos de recortes.

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Sobre la firma

Antonia Laborde
Periodista en Chile desde 2022, antes estuvo cuatro años como corresponsal en la oficina de Washington. Ha trabajado en Telemundo (España), en el periódico económico Pulso (Chile) y en el medio online El Definido (Chile). Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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