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Las colas en el control de seguridad del aeropuerto El Prat alcanzan las dos horas

Indignación entre los pasajeros por las largas esperas por el conflicto laboral de los trabajadores de Eulen, concesionaria del servicio

Colas en en control de seguridad del Prat, este jueves. Albert GarciaVídeo: EPV
Josep Catà
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Two-hour waits at security leave Barcelona airport passengers fuming

Ya van cuatro días y cada vez la espera es mayor. En la terminal 1 del aeropuerto de El Prat de Barcelona y, aunque en menor medida, también en la T2, las colas en los controles de seguridad han superado las dos horas de duración esta mañana. También se ha colapsado el carril rápido, destinado a las personas que viajan con hijos o con problemas de movilidad, donde la espera ha superado la hora y media. Los problemas se deben a un conflicto laboral entre los trabajadores y la empresa Eulen, encargada del control en los arcos de seguridad, el primer filtro que encuentran los pasajeros antes de coger un avión. Los trabajadores aseguran que no se trata de una huelga de celo sino que están cumpliendo los protocolos de seguridad de alerta antiterrorista, que estipulan que pueden llegar a estar hasta diez minutos con cada pasajero.

El comité de huelga anunció esta semana que, a partir del mes de agosto, harían huelga en cuatro franjas horarias: de 05.30 a 06.30 horas, de 10.30 a 11.30 horas, de 16.30 a 17.30 horas y de 18.30 a 19.30 horas. De momento, las colas por el exceso de celo en los controles de seguridad están provocando muchos nervios e indignación entre los pasajeros. Ayer, cuando las colas eran de 45 minutos, Óscar Pérez tuvo que llegar más de tres horas antes al aeropuerto para asegurarse de embarcar en su avión a Kuala Lumpur: "Y estamos en la cola rápida", aseguraba. Otra usuaria, Cristina Alemany, tenía que coger un avión por motivos de trabajo y lo perdió: "Es tercermundista e indignante, y tampoco es que haya mucho personal de Aena informando".

Las colas de este jueves por la mañana han durado más del doble de tiempo, aunque AENA ha decidido instalar unas cintas para ordenar el flujo de pasajeros y evitar momentos de tensión, sobre todo cuando algún pasajero intenta colarse para ahorrar un tramo de la cola. El día ya ha empezado con colas de más de 60 minutos entre las 05.30 y las 06.30 horas, una franja que, al igual que los días anteriores, coincide con la que los trabajadores de Eulen han fijado para la huelga que han anunciado a partir del 4 de agosto. El hecho de que los momentos de más aglomeración coincidan con las franjas de una hora fijadas para los parones, sumado a que los problemas empezaron tras el anuncio de una huelga indefinida consistente en paros parciales los viernes, domingos y lunes, ha reforzado la teoría de que los problemas de estos días responden a una huelga encubierta. 

El conflicto laboral radica, según ADN Sindical, principal organización en la empresa, en la falta de personal, de formación y en el impago de algunas de las bonificaciones que tienen los empleados por trabajar en el aeropuerto. Los trabajadores aseguran que el origen de todos los males está en la licitación del contrato por parte de Aena, que se concedió, en junio de 2016 y por dos años, por 23,1 millones de euros, mientras que en un principio estaba fijado en 23,6 millones. Desde ese momento, los sindicatos ya presentaron una denuncia a la Inspección de Trabajo de la Generalitat. "Eulen ya sabía que no podría pagar las bonificaciones por radioscopia aeroportuaria", explican desde el principal sindicato. El plus por trabajar en la vigilancia de escáners es de 1,17 euros por hora trabajada, que se suma a un salario que oscila entre los 900 y los 1.100 euros.

En el aeropuerto trabajan cerca de 350 empleados de Eulen, y en cada turno, con todos los filtros abiertos, se necesitan más de 50 personas en activo. "Como no hay más personal, se les pide a los trabajadores que se queden más horas, y llegan a hacer jornadas de hasta 16 horas", lamenta Alberto Cortado, de UGT. Los trabajadores también reclaman relevos para ir al baño y para descansar de la vigilancia de los objetos.

Los empleados piden una mesa de negociación en la que, además de la empresa concesionaria del servicio, también esté presente Aena. La empresa pública asegura que, hasta ahora, no se ha tenido que sentar nunca para negociar entre una empresa privada y sus trabajadores. La plantilla y Eulen, que declina hacer declaraciones sobre el conflicto, se reúnen de nuevo mañana con la mediación de la Generalitat, si bien el comité de huelga ya ha avisado de que no negociará si AENA, a quien creen responsable en última instancia porque es quien licita el servicio, no se sienta en la mesa.

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Sobre la firma

Josep Catà
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.

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