El TSJC anula el concurso que permitió a Decathlon instalarse en Mollet del Vallès
La sentencia considera que la empresa imponía unas exigencias que “excedían las bases” de la licitación
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha anulado la adjudicación de los terrenos en los que se levanta el Decathlon de Mollet del Vallès. La sentencia revoca el concurso municipal de 2008 porque considera que la empresa imponía unas exigencias que “excedían las bases” de la licitación, lo que suponía un motivo para que hubiera sido excluido del concurso. Pero finalmente lo ganó y abrió sus puertas en 2010.
La oposición reprocha al Ayuntamiento la “ocultación” de la sentencia, con fecha de noviembre de 2016, pero hecha pública hace unos días por ERC y Canviem Mollet (ICV-EUiA y Podem). El Ayuntamiento, que reunió a los grupos el lunes para darle toda la documentación del caso, se muestra tranquilo y considera que la sentencia no tendrá ninguna consecuencia, mientras la oposición duda de la transparencia de la adjudicación. En marzo de 2008, el Ayuntamiento de Mollet adjudicó a Decathlon unos terrenos en La Vinyota para que se pudiera instalar un centro comercial. La marca francesa rivalizaba con un promotor inmobiliario, Eurocarat, que proponía abrir un Media Markt y otros comercios. Según consta en el acta de adjudicación, ambas ofertas eran muy similares en cuanto a la superficie construida, los empleos generados o el tráfico de visitantes. La diferencia más importante era que Decathlon ofrecía 6,3 millones por el solar, mientras Eurocarat estaba dispuesta a pagar 8,5 millones.
La empresa municipal de urbanismo, entonces llamada Promosol, ya emitió en aquel momento un informe expresando dudas sobre la oferta de Decathlon, y recomendando la no adjudicación a la marca francesa. Los grupos de la oposición también cuestionaron la resolución del concurso y alertaron de que se podía producir alguna ilegalidad. En un pleno celebrado en junio de 2008, el alcalde Josep Monràs (PSC) admitía que tanto la secretaria del Ayuntamiento como el gerente de Promosol habían expresado “las posibles dificultades que podían surgir en la adjudicación”, pero defendía que “cada aprobación implica riesgos determinados” por el riesgo de impugnación del resto de aspirantes. El exconcejal de CiU Feliu Guillaumes (socio del gobierno con el PSC) aseguró que “si cada vez que se produce un error formal en una apertura de plicas se tomara como muy grave, no se podrían aprobar”. El gobierno también defendía la opción de Decathlon por la falta de oferta de ropa deportiva en la ciudad, algo que no pasaba con los electrodomésticos.
Eurocarat llevó la adjudicación a los tribunales, que en 2012 no le dieron la razón, pero en 2016 sí. De todas las alegaciones presentadas por la inmobiliaria, la sala de lo contencioso del TSJC solo admite una: “las exigencias adicionales impuestas” por la marca francesa en cuanto al acceso viario al futuro centro comercial, a la realización de un estudio geotécnico y la retirada de una torre de alta tensión. Según el tribunal, estas condiciones “excedían las bases”, así que “la oferta de Decathlon debió ser inadmitida”. La sentencia considera Eurocarat ganadora del concurso.
La sentencia, con fecha del 30 de noviembre de 2016, la hicieron pública hace unos días los grupos de ERC y Canviem Mollet. Marta Vilaret, concejal republicana y miembro del Consejo de Administración de Mollet Impulsa (antes Promosol) interpreta que la resolución judicial abre dos escenarios: “Decathlon se va y se le indemniza o se queda y se indemniza a la otra parte”. Desde Canviem Mollet reprochan al Ayuntamiento que “malvendiera” los terrenos y que se dejó de ingresar 2,3 millones de euros, justo en el inicio de la crisis.
El Ayuntamiento recurrirá
Por su parte, Josep Garzón, segundo teniente de alcalde de Economía, valora “negativamente” la sentencia y asegura que la recurrirán, aunque no esperan que tenga consecuencias, según le han informado los servicios jurídicos municipales. Garzón defiende que se optó por Decathlon porque “era un operador que se implantaba, mientras que el otro era una promotora inmobiliaria con un capital inferior a 40.000 euros que solo presentaba una carta de intención” para la instalación de un centro comercial. El concejal asegura que temían que, si ganaba Eurocarat, el proyecto al final no se ejecutase. “Ya teníamos una experiencia parecida y no queríamos que se repitiera”, añade, a la vez que quita hierro a la diferencia económica de más de dos millones por la compra del solar. “Nosotros no somos una inmobiliaria”.
Desde Decathlon, que también han recurrido la sentencia, defienden que ganaron el concurso “siguiendo los procedimientos establecidos para ello”. Eurocarat no ha querido expresar su opinión.
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