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La subida del precio de los pisos se extiende a Tarragona y Girona

El auge del mercado inmobiliario se generaliza a la vez que escasea la vivienda de alquiler

Marc Rovira
Viviendas en alquiler en Barcelona, donde los pisos se han disparado.
Viviendas en alquiler en Barcelona, donde los pisos se han disparado.Albert Garcia

La recuperación del sector inmobiliario rebasa ya las fronteras de la codiciada y cotizada Barcelona. La tendencia alcista del valor de la vivienda se ha extendido a las provincias de Tarragona y Girona, donde los precios de compraventa crecen a un ritmo de dos dígitos y los alquileres lo hacen por encima del 6%, según la plataforma Idealista.com. Solo Lleida sigue sufriendo síntomas de apatía compradora. Los intermediarios admiten la mejoría pero se aferran a la prudencia y aseguran que queda mucho trecho por recorrer para resarcirse de los daños que dejó la crisis.

Manuel y Natalia buscan piso en Tarragona. Les gusta el apartamento en el que están, a menos de cinco minutos de la playa, pero el nacimiento de su hija hace poco más de un año les ha encogido la vivienda. “Es difícil encontrar algo por menos de 900 euros”, lamenta Natalia. Con “algo” se refiere a un piso de tres habitaciones en el mismo barrio donde viven. “La inmobiliaria nos ha dicho que cuando queda un piso libre, automáticamente el propietario pide 50 euros más de lo que cobraba en el último alquiler”, añade.

Héctor Guasch, vicepresidente del Colegio de Agentes de la Propiedad inmobiliaria (API), señala que el “problema” que tiene Tarragona es de desequilibrio: “Hay más demanda que pisos para alquilar”. Sin embargo, Guasch niega que la escalada de precios sea muy acusada y sitúa entre los 350 y los 500 euros la franja media de precios de alquiler. “Las cosas valen lo que valen, si tú ofreces un piso antiguo, sin ascensor y sin reformar, no puedes pedir 1.000 euros porque no lo va a querer nadie”, agrega.

Optar por la compra tampoco es sinónimo de operación redonda. Según Idealista.com, en el último año la vivienda se ha encarecido un 13,3%, mientras que el alquiler lo hizo un 6,4% hasta marzo. El mercado inmobiliario en Tarragona encadena tres años consecutivos de crecimiento en las ventas, según Anida, la inmobiliaria de Grupo BBVA. En la provincia se compraron 9.920 viviendas el año pasado, el 13% del total de transacciones realizadas en Cataluña. Tarragona, Reus y municipios de costa como Salou o Cambrils acaparan el movimiento, pero en el interior el mercado está más plano. “Ha habido un aumento del interés por comprar, en muchos casos es gente que compra un piso para invertir, porque los bancos dan interés cero”, señala Guasch. El vicepresidente de los API matiza que, a pesar de la mejoría, todavía “no es para lanzar las campanas al vuelo”.

En Girona, Ramon Corominas, presidente del Colegio de API, también ponen la boca pequeña para admitir la reactivación del sector. “Hemos roto la tendencia a la baja pero los crecimientos son aún relativos, estamos lejos de lo que vivimos en 2007”. Allí los precios, según el portal inmobiliario, crecieron hasta junio un 13,6%, mientras que los alquileres lo hicieron un 8,2%. Aun así, Corominas ve “difícil” volver a aquella vorágine de la edad de oro del ladrillo. “Confluyeron varios factores, pero sobre todo hubo una facilidad hipotecaria que facilitó la especulación y la aparición de una burbuja”, sostiene.

Según datos de Idealista.como, en la ciudad de Girona los alquileres son un 3,3% más caros que en 2007, antes de la crisis. El presidente de los API de Girona destaca el calentamiento que vive el mercado: “En porcentajes, los alquileres han subido más que los pisos de venta”, afirma Corominas, quien lo relaciona directamente con la “escasez” de oferta. “Los alquileres han subido 100 euros en dos años, es un incremento notable”, señala. La demanda turística ayuda a elevar los precios, pero Corominas matiza que en la ciudad de Girona también tiene mucho peso la presencia de estudiantes universitarios.

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Años para que se recupere Lleida

Ramon Corominas alega que es difícil analizar la evolución del mercado. “Es peligroso generalizar”, opina, ya que la dinámica que presenta Girona o municipios costeros como Platja d’Aro, Palamós, Blanes o Lloret de Mar no es comparable con la ralentización que acusan Salt, Santa Coloma de Farners o Olot.

Girona ciudad concentra más del 10% de todas las operaciones de compraventa de la provincia. Esta demanda se contagia hacia los municipios vecinos. Sant Gregori o Fornells de la Selva han sido bautizados como Beverly Hills por sus altos precios, y la cotización del metro cuadrado también es elevada en Quart, Llambilles, Aiguaviva o Campllong.

“Aquí funcionamos a otro ritmo”, avisa Josep Maria Esteve, presidente del Colegio de API en Lleida. Esteve señala que la normalización se retrasa en la provincia y pronostica que al menos faltan otros tres años para que el mercado alcance “un nivel normal”. Matiza que el análisis vale para toda la provincia excepto para la Vall d’Aran. “Ahí no hay lógica que valga”, dice. Expone que los propietarios de chalés que rondan el millón de euros son en su mayoría gente del País Vasco y de Madrid que paga precios desorbitados por una casa que apenas pisan.

En el llano, la realidad es otra. En 2016 el mercado registró un aumento del 16% del número de operaciones. Esteve rebaja la euforia: “Cuando vienes de la miseria, un 16% no es nada. Si has vendido un piso en un año, aunque el siguiente tripliques ventas, sigues en el pozo”, ilustra Estreve, quien admite los excesos durante la época de bonanza: “En 2007 en Alcarràs [que no llega a 10.000 habitantes], había 26 promociones en marcha”.

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