Los abogados eligen decano tras una campaña tensa
El ganador, entre los seis candidatos, sustituirá a Oriol Rusca, que no se presenta a la reelección
Seis candidatos compiten para convertirse en el próximo decano del Colegio de Abogados de Barcelona (ICAB), pero solo dos tienen opciones: Maria Eugènia Gay y Jordi Pintó. Ambos provienen de familias y despachos históricamente vinculados a la dirección de la institución, pero mantienen posiciones antagónicas en una campaña electoral tensa con acusaciones cruzadas y aceradas críticas. El ganador sustituirá a Oriol Rusca, que tras cuatro años, no se presenta a la reelección.
Pintó es hijo del exdecano José Juan Pintó. Especialista en derecho societario, se autodefine como el candidato más renovador y señala a Gay como la oficialista. La hija del expresidente del Tribunal Constitucional es experta en derecho civil. Pese a que en su equipo hay personas que han participado en cuadros directivos antes, también quiere modernizar la institución.
La campaña alcanza una intensidad inversamente proporcional al interés que las elecciones despiertan entre los colegiados, con acusaciones en los medios especializados. En la anterior convocatoria, en 2013, votaron 4.200 colegiados de los algo más de 23.000 censados y en el debate del martes promovido por la sección juvenil asistieron uas 20 personas. Una encuesta de Lawerpress Noticias de ese mismo día indicaba que casi tres cuartas partes de los encuestados eran indecisos y que la abstención rozará el 40%.
En la publicidad de la revista Món Jurídic, órgano oficial del ICAB, la candidatura de Pintó califica a Gay de ser “los de siempre. ¿Si no han hecho nada en este tiempo, por qué lo harán ahora?”, se pregunta. En el citado debate Pintó acusó a sus adversarios de copiarle el programa y la candidata Vanessa González se quejó de la organización al afirmar que las condiciones del mismo habían sido impuestas y no pactadas.
El foro sirvió para desgranar algunas propuestas y sobre todo para ver las preocupaciones del colectivo: precariedad, intrusismo y turno de oficio. Alejandro Labella, uno de los aspirantes, defendió la necesidad de crear una plataforma de asesoramiento: “El abogado se siente solo. Necesitamos un equipo que nos respalde. Aparte de abogados somos personas”. Lluís Riera, también aspirante a liderar el ICAB —Josep Maria Paños completa la lista—, propuso un convenio con las universidades para que puedan enviar becarios a los despachos desde el primer curso. “Remunerados, por su puesto”. Otro de los asuntos que preocupa es el aumento de tarifa de la póliza de seguros de los colegiados, acordada con Caser.
La campaña deja de manifiesto la pérdida de influencia del colegio de abogados en Barcelona, que se percibe como un instrumento puramente orgánico. En este ambiente se entiende que los dos candidatos principales defiendan más “corporativismo” para proteger a la profesión. Mientras Gay incide en la renovación y marketing para que los abogados aprendan a vender su producto, Pintó apuesta para que el Colegio “haga pedagogía en la sociedad y eduque a los barceloneses, que van poco al abogado”. El caso más paradigmático, dijo, es el de las cláusulas suelo, donde “la falta de cultura jurídica ha hecho que pequeños ahorradores se asesoraran antes con un comercial del banco que con un abogado a la hora de hacer sus inversiones”, añadió.
En el terreno político, el ICAB emite posicionamientos lo suficientemente plurales como para no ser clasificado en ningún ámbito concreto: lo mismo firma manifiestos a favor de la tercera vía, como se adhiere al Pacto Nacional por el Referéndum para la independencia de Cataluña. En la candidatura de Gay se encuentra Jordi Pina, abogado de uno de los acusados del caso Palau, Jordi Montull. Con todo, las candidaturas a decano defienden la pluralidad política entre sus miembros.
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