_
_
_
_

El fiscal pide 39 años para el hombre que mató a su mujer en el hospital tras agredirla

El acusado alegó que la primera agresión a su esposa era de un ladrón y luego acabó con su vida en el centro médico donde se recuperaba

Complexo Hospitario de Ourense, donde ocurrió el asesinato.
Complexo Hospitario de Ourense, donde ocurrió el asesinato.nacho gómez

Aniceto Rodríguez, de 77 años, el vecino de Verín que en mayo de 2015 apuñaló a su mujer en el hospital después de intentar asesinarla a golpes con un martillo en el domicilio familiar, será juzgado este martes en la Audiencia de Ourense, acusado de un delito de asesinato consumado y otro en grado de tentativa por los que el fiscal solicita 39 años de prisión.

Más información
Un hombre remata a su mujer en el hospital en que estaba ingresada
Guardia Civil y jueces asumen fallos en el crimen machista de Ourense

El hombre no tiene antecedentes penales y tampoco había denuncias previas por parte de su mujer, Isabel Fuentes, de 66 años, con la que estaba casado en segundas nupcias. El matrimonio regresó a su casa después de haber estado en compañía de unos amigos. Sin que hubiera mediado ninguna discusión entre ambos, el acusado aprovechó que su esposa se había quedado dormida en el sofá ante el televisor y le golpeó repetidamente en la cabeza con un martillo.

Dice el fiscal del caso, Julián Pardinas Sanz, que “ante la firme creencia de que ya había acabado con la vida de su esposa, el acusado se dispuso a preparar la vivienda con el fin de aparentar que habían sido víctimas de un robo y así eludir la acción de la justicia, simulando que personas desconocidas habían entrado en el domicilio y agredido a su mujer con el fin de robarles".

Relata en su escrito de acusación, presentado el pasado 17 de marzo, que el marido abrió una ventana de la parte posterior de la vivienda, rompió el cristal de una puerta, y desordenó la cocina y otras dependencias de la casa para convencer a la policía de que por allí había entrado el supuesto ladrón. Incluso tiró en el jardín un juego de llaves de la casa para que pareciera que las había dejado el agresor tras huir del escenario del crimen.

Luego se vistió la bata manchada de sangre que tenía puesta su mujer y salió a la calle pidiendo auxilio a sus vecinos y gritando: “¡Mataron a Isabel!”. Uno de los vecinos del matrimonio llamó a una ambulancia del Complejo Hospitalario Universitario de Ourense, donde tras ser operada la atendieron en la unidad de reanimación, en la que permaneció un mes. Posteriormente fue trasladada a una habitación de la cuarta planta, sondada y sin poder comunicarse más que con ligeros movimientos de cabeza y apretones de mano, donde recibía la visita de su marido, la hija de estey su yerno.

A media tarde del 8 de mayo, “aprovechando que la compañera de habitación de la víctima y ella misma dormían, el acusado levantó su camisón y le asestó dos puñaladas con un cuchillo de cocina de unos 17 centímetros de hoja, una de ellas llegó a atravesar el tórax”, señala el fiscal. A continuación, el procesado se dio a sí mismo diversas puñaladas en el abdomen, brazo izquierdo y cuello, a consecuencia de las cuales se produjo un importante infarto cerebral. “Dichas lesiones no afectan a su capacidad de comprensión, pese a pretender el procesado presentarse más dañado de lo que realmente está en la actualidad”, subraya el representante del Ministerio Público.

El procesado dejó una nota manuscrita que encontró la policía en el bolsillo de su chaqueta: “Isabel, cariño, te dieron un golpe muy grande y si tú no fueras me daba a mí también. Tú estás muy grave, cariño, y no te puedo ver así, espero que nos incineren a los dos juntos”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_