La economía avanza pese al nubarrón político
La Reunión del Círculo de Economía certifica el optimismo de los empresarios, solo empañado por el proceso soberanista y la inestabilidad internacional
La confianza del empresariado en la buena marcha de la economía pudo constatarse en la XXXIII Reunión del Círculo de Economía, que se cerró ayer en Sitges (Garraf). “Hoy, nuestra economía es la que más crece en Europa y parece que esta tendencia va a prolongarse en los años próximos”, aseguró ayer el presidente del lobby barcelonés, Juan José Brugera. La economía catalana se expandirá, según las previsiones de las instituciones económicas, entre un 2,7% y un 3%. Lo resaltó el vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, en su intervención del pasado viernes. “Los datos invitan como mínimo al optimismo. El año pasado les hablaba de expectativas y ahora ya les hablo de datos”, aseguró el también líder de Esquerra ante los empresarios.
Sin embargo, como apuntó el consejero ejecutivo de BBVA, José Manuel González-Páramo, los empresarios también se muestran cautos y no quieren caer en la “complacencia”. Los nubarrones, según se ha expuesto en el foro económico, vienen de la incertidumbre por dinámicas internacionales —desde las consecuencias del Brexit hasta las incógnitas que plantea la presidencia de Donald Trump— y, como expuso Brugera, de la inmensa incógnita que plantea la situación política catalana.
En las jornadas de Sitges, además, se confrontaron los modelos económico tradicional con otros disruptivos. Curiosamente en ambos hacen una petición paradójica: definir un marco regulatorio. Las empresas tradicionales, por ejemplo, piden normas fiscales que permitan evitar el agravio comparativo con otras que no tributan en los países donde operan o garantizar la fiabilidad de sectores como el bancario. Los nuevos actores, por su parte, también hacen un llamamiento a legislar, como es el caso de Airbnb. El director para Europa de la plataforma de alquiler vacacional recordó en su participación en Sitges que España, con Barcelona a la cabeza, es “uno de los tres países más difíciles para operar”, algo que achaca a la “dispersión normativa”.
“Los esfuerzos están dando sus frutos”
El presidente del grupo de perfumería Puig, Marc Puig, ve una mejora en la marcha de la economía, lo que se traduce en un incremento importante en el consumo de las familias. El grupo ganó 155 millones de euros el año pasado, un 23% más que en 2015. Además creció un 16% en España, donde realiza un 15% de sus ventas.
Unas cifras que, asegura, destilan del desempeño de las cifras macroeconómicas expuestas en el encuentro de Sitges (Garraf) tanto por el Gobierno central como la Generalitat. “Estamos recogiendo los frutos de los esfuerzos de los últimos años”, asegura el también consejero delegado de la compañía propietaria de marcas como Carolina Herrera. Sin embargo, Puig advierte que se trata de una mejoría “un poco frágil y volatil”, muy influenciada por la “pugna” política actual. “Todos esperamos encausar una solución”, asegura.
“Hay mucho interés de los inversores”
El consejero delegado de la inmobiliaria Colonial, Pere Viñolas, asegura que el sector inmobiliario catalán goza de buena salud. Ello se debe a “una sana” conjunción de factores, sostiene. “Hay mucho interés de los inversores por invertir aquí”, explica Viñolas.
El segundo factor del sector inmobiliario es “la mejora de la realidad microeconómica”. “Siempre hay nubarrones estructurales que no hay que perder de vista, pero la situación ha mejorado mucho respecto a hace 24 meses”, añade.
Viñolas concede que la tasa de paro —de la que depende en buena medida la compra de viviendas— sigue siendo elevada. Sin embargo, el crecimiento económico está favoreciendo, a su juicio, la generación de empleo. “Echando un vistazo a los datos se ve cómo se produce una creación neta de nuevos puestos de trabajo”, sostiene.
“Innovar debe ser una prioridad”
Marta Plana, consejera general de Digital Origin, cree que “la tecnología y la innovación” deben tener un “papel relevante” en la economía. A su juicio, el miedo a que la tecnología destruya puestos de trabajo está injustificado. “Las inversiones en este campo, además de crear puestos de trabajo, contribuyen a reducir las desigualdades sociales”, asegura.
Plana, que en Sitges moderó una mesa con responsables de Facebook, Cabify o Airbnb, asegura que estas empresas esperan una regulación que les permita operar y seguir invirtiendo. “Si lo conseguimos, tendremos una sociedad extraordinaria y nos podremos situar en primera línea mundial en innovación”. Plana opina que la sociedad catalana debe hacer una reflexión sobre la importancia de esta industria, puesto que la tecnología ya forma parte de “la vida cotidiana de los ciudadanos”.
“Vendemos casi a niveles pre crisis”
Núria Basi preside el grupo textil Basi, dueño de la marca Armand Basi y distribuidor de la marca francesa Lacoste en España. “Desde diciembre de 2014 notamos un crecimiento en las ventas. Sin embargo, no es una subida rectilínea, se parece más a los dientes de una sierra”, ilustra la también consejera de Fira Barcelona. Unos resultados que también ve influenciados por el éxito turístico. La empresa familiar catalana facturó 70 millones de euros en 2015, las últimas cifras disponibles. Las familias, asegura, están volviendo a prácticas como las compras impulsivas de productos de cierto lujo como los que produce, lo cual considera que es signo de confianza. Aclara, sin embargo, que “el comprador está más relajado que antes de la crisis”. Basi critica el inmovilismo político ante la cuestión catalana. “A diferencia del mundo empresarial, ellos tienen poca capacidad de recambio ante los retos”, asegura.
“La industria ha de ser más competitiva”
El presidente de la Fundació per la Indústria, Josep Bombardó, opina que las exportaciones seguirán creciendo si los mercados aguantan. “No hay motivos para pensar que no lo hagan”, apunta. Sin embargo, no quiere caer en la complacencia y apunta los retos a los que se enfrenta la industria catalana.
Para Bombardó, deben llevarse a cabo “las transformaciones adecuadas” en materia tecnológica para que la “industria sea más fuerte”. “Innovar no es suficiente, hay que llevar con éxito la investigación de la universidad a la empresa”, recuerda. El otro factor clave, apunta, es la formación. “Hay que actuar rápidamente. Los niveles de competitividad del sur de Europa tienen un diferencial todavía respecto a Europa central. Y a su vez, en el terreno manufacturero, el continente tiene un diferencial con los Estados Unidos”, remacha.
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