Fallece Mihály Dés, creador de la revista ‘Lateral’
El autor y periodista húngaro, también actor, fue un detector de talento literario
Artículos, quizá los primeros, de Imre Kertész y Elfriede Jelinek en España cuando ni por asomo, amén de ser nombres impronunciables, nadie podía pensar que esos escritores del Este serían premios Nobel; el descubrimiento en Barcelona de un francés que escribía alguna cosa, Mathias Enard, que acabaría siendo el premio Goncourt de 2015, o la primera entrevista a un chileno errabundo, un tal Roberto Bolaño, tocado por la literatura y que malvivía por Blanes. Son algunos de los particulares logros de la no menos particular, por su calidad, revista barcelonesa Lateral, milagros todos tras los que estaba la mano, el olfato, la personalidad y la cultura de su creador y director, un húngaro afincado en España, Mihály Dés, fallecido el pasado jueves en Barcelona, a los 67 años, según trascendió ayer.
Periodista, novelista, editor, actor y traductor al español son apenas algunas de las caras de un auténtico poliedro cultural, nacido en Budapest en 1950 y que desarrolló buena parte de su carrera en el ámbito de las letras, como lector editorial, labor que le llevó a responsable de ediciones del Instituto Nacional del Teatro de su país. Aprovechando esos contactos, y en consonancia con un físico de galán que le permitiría entrar en el mundo del cine como actor, saltó, como si de un espía se tratara, a Cuba, en el contexto de una compañía de danza. Entraba así en contacto con la lengua española, que aprendió con cierta facilidad, y que con los años le permitiría hacer de traductor de autores como Borges, García Márquez o Cortázar.
Culturalmente inquieto como pocos y con especial capacidad para detectar el talento, Dés aterrizó en Barcelona en 1986, donde encontró un lugar idóneo para su perfil, como redactor jefe de la revista literaria Quimera, cargo que ocupó hasta 1992 y que compaginó con el de director del suplemento de libros del diario El Observador (1990-1993). El cierre de la cabecera le llevó a fundar un año después la revista de cultura Lateral. Con su capacidad para captar el talento, dio, por un lado, cabida en esa redacción, hasta su cierre en 2006, a hoy reconocidos escritores como el colombiano Juan Gabriel Vásquez o el catalán Jordi Carrión. Por otro, fue un particular y sólido puente con los autores del Este europeo que el Oeste de habla hispana desconocía por ignorancia.
Tras regresar en 2009 a Budapest, estrenó nueva faceta, la de escritor, ya para teatro (que sazonaba con apariciones como actor) o como novelista, en la que destacó Barroco de Budapest. El largo tratamiento de su enfermedad le devolvía con dramática cadencia a la capital catalana, donde dejó arraigados a sus hijos. Como hizo con su cultura y su impronta.
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