El Ayuntamiento de Madrid elimina carriles para coches

El lunes comenzaron las obras de reordenación de aparcamientos en superficie en la calle de Vallehermoso (barrio de Chamberí) y, desde entonces, cada conductor aparca su vehículo como se le antoja. La calle se ha convertido en un caos porque de dos carriles para el tráfico privado ha pasado a uno. Cuando una furgoneta de reparto para en el único carril habilitado, el tráfico se detiene. Los visitantes, que han visto cómo las plazas de aparcamiento verdes han pasado de estar en línea a en batería, estacionan sus coches sin ningún orden. Cada turismo mirando para un punto cardinal. La vía era ayer un desorden. Y los repartidores, enfadados con el cambio, continuaron aparcando en doble fila.

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Los trabajos se prolongarán durante toda la semana y no está previsto cortar la circulación. La medida incrementará en 79 las plazas verdes en la zona SER, comprendida en el barrio de Arapiles, y pretende actuar como un mecanismo para rebajar la velocidad de los vehículos en la vía.

Alexander Ariza, repartidor de productos de limpieza, considera que la modificación del Ayuntamiento solo quiere provocar “ganar más dinero a través de los parquímetros”. “Esta medida nos perjudica mucho”, dice Ariza, que el lunes aparcó en doble fila, como de costumbre.

Daniel López, también repartidor, no se había enterado de la supresión ni se había percatado de las líneas verdes horizontales. “Siempre aparco en doble fila, pero si el cambio significa que habrá más aparcamientos, no creo que haya problemas”, apunta optimista.

El Ayuntamiento afirma que también se reordenarán e incrementarán las reservas destinadas a carga y descarga, con objeto de evitar las infracciones y molestias derivadas del aparcamiento indebido en doble fila.

Guadalupe González, que acudió a hacer la compra al Mercado de Vallehermoso desde el barrio de Aravaca, estacionó en línea y en la nueva zona delimitada para bicicletas. Las señales, puestas a primera hora del lunes por la empresa MOSA Montajes y Obras, destinan casi tres metros para que exclusivamente los ciclistas ubiquen ahí sus bicis. “La que va a liar Carmena… por aquí hay mucho tráfico”, sostuvo González, que al enterarse de la nueva forma de aparcar movió su coche: “Las multas me dan pánico”.

Víctor González, repartidor de carne para el mercado, no se mostró inquieto: “Tenemos dos zonas para carga y descarga, así que no nos afecta”.

El ancho de calzada destinado a circulación se ve disminuido entre las calles de Alberto Aguilera y de Joaquín María López. Hay manzanas que tienen una pista para aparcar en línea, un solo carril para el tráfico de coches y bicicletas a una velocidad máxima de 30 kilómetros por hora y los dos carriles que utiliza la zona de aparcamiento en batería. Una grúa, como la que se detuvo ayer para subir un coche siniestrado, no hubiera tenido espacio para realizar la maniobra si los conductores hubieran respetado la nueva forma para estacionar.

La actuación incluirá el incremento de espacios en calzada destinados al aparcamiento de bicicletas y motos, para evitar su presencia sobre las aceras, y así mejorar la movilidad peatonal al liberar espacio en esta parte de la vía.

Ricardo Martín Hernán, que utiliza la moto por trabajo cuando se traslada al centro, celebró la medida. “Me parece bien que se metan más plazas de aparcamiento. El problema no es el tráfico en el carril, sino la carga y descarga”, dijo.

Esta intervención supone la primera de las medidas derivadas del estudio Chamberí Zona 30 que, centrado en los barrios de Gaztambide, Arapiles y Trafalgar, recoge diversas propuestas destinadas a mejorar la movilidad ciclista y peatonal, así como a incrementar la cantidad y la calidad del espacio público.