Un argentino en la alcaldía de Barcelona
Gerardo Pisarello asume el mando del Ayuntamiento durante el permiso de maternidad de Colau
Julio de 2015. El gobierno de la flamante alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no lleva ni un mes y medio en el poder y retira el busto del rey Juan Carlos I del salón de plenos. Junto a los dos operarios que levantan el busto está el primer teniente de alcalde y portavoz del gobierno municipal, Gerardo Pisarello (Tucumán, Argentina, 1970). Fue este uno de los momentos de mayor notoriedad de quien, casi dos años después, ha asumido la alcaldía interinamente tras nacer el segundo hijo de la alcaldesa, Ada Colau.
Es republicano y está fascinado por la Barcelona de comienzos del siglo pasado (su tradición rebelde y libertaria) y por la Segunda República y el peso que tuvo entonces el municipalismo. Partidario de emplear el Derecho “como herramienta de transformación política”, del derecho de autodeterminación, crítico con la Transición española y con la Constitución, a Pisarello le marcó el asesinato de su padre, el abogado Ángel Gerardo Pisarello, por la junta militar argentina cuando tenía seis años.
Autor de varios libros sobre constitucionalismo y derechos humanos, el actual alcalde interino es doctor en Derecho y profesor de Derecho Constitucional. Ha escrito, entre otros, La ofensiva del constitucionalismo antidemocrático y Procesos Constituyentes. Caminos para la ruptura democrática, donde cuestiona la Transición democrática, un proceso que entiende que se hizo de arriba a abajo —por parte de élites que no tuvieron en cuenta a las clases populares—, y llama a un proceso de ruptura, “constituyente / destituyente”, porque, dice, reformar las instituciones es insuficiente.
Como es también insuficiente, según él, reformar la Constitución, porque “bloquea” cualquier cambio, por lo que habría que hacerla de nuevo y “desde abajo”. De hecho, en la confluencia que dio lugar a Barcelona en comú, la coalición que aupó al poder a Ada Colau, Pisarello pertenecía la cuota de Procés Constituent, la plataforma que impulsó la monja antivacunas Teresa Forcades.
Pisarello llegó a Madrid, donde permaneció cuatro años, a finales de los noventa, y entre otros barrios vivió en Vallecas. En 2001 se trasladó a Barcelona para dar clases en la universidad. Y ya no se movió. En la capital catalana conoció al abogado Jaume Asens, vinculado a los movimientos sociales e íntimo del círculo de Colau. Fue quien le presentó a la hoy alcaldesa. Ambos se vincularon a la lucha por el derecho a la vivienda, desde el Observatorio DESC (de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) y a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Y de ahí al núcleo de activistas e intelectuales que impulsó Guanyem y posteriormente Barcelona en comú.
También en esa época conoció a su mujer, Vanesa Valiño, experta en vivienda y hoy asesora del concejal del área en el Consistorio. El fichaje de Valiño ha sido ampliamente criticado por la oposición, que lo incluye en lo que considera nepotismo por parte del equipo de Colau.
Como primer teniente de alcalde, Pisarello lleva la cartera de Economía y Hacienda —una materia que no domina— y se encarga también de la de Memoria Histórica, donde se le ve más cómodo. Bien conectado con el resto de los llamados “Ayuntamientos del cambio”, va a trabajar en bicicleta, habla catalán, es afable y cariñoso, pero defiende con vehemencia sus convicciones y cuando se enfada, se enfada mucho, aunque es también sentido. Suele protagonizar rifirrafes con la oposición. Con una agenda que echa humo por exceso de carga, suele llegar tarde a las citas —para desesperación de su equipo—, aunque una vez que llega, no tiene prisa en marcharse.
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