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De Mozart a Beyoncé, a ritmo de trompeta

El grupo humorístico de metales austríaco Mnozil Brass presenta su nuevo espectáculo en Barcelona y Madrid

Carlos Garfella Palmer
Los siete componentes del grupo, en una imagen de promoción.
Los siete componentes del grupo, en una imagen de promoción.

Tocar un trombón con los pies tras olerse los calcetines. Descifrar el mecanismo de cómo sentarse en una silla frente a cientos de espectadores. Limpiarse las orejas con una trompeta antes de interpretar canciones de Mozart, Sinatra o Beyoncé. La banda de metales Mnozil Brass hace 25 años que combina la interpretación de todo tipo de música con el humor negro. En los cerca de 130 conciertos anuales que imparte desde 1992, el grupo austríaco intenta que las carcajadas de los espectadores se entremezclen por igual con los aplausos. “Nosotros lo que queremos, sobre todo, es que la gente venga a nuestros conciertos a pasárselo bien”, explica el trompetista Thomas Gansch, uno de los siete componentes de la banda. Esta noche arranca su gira europea en Barcelona, donde presentarán su nuevo espectáculo, Cirque, en la Sala Barts del céntrico barrio de El Raval. “Un espectáculo que mezcla el humor y la música para convertir el escenario en un circo durante unas horas”, explica el trompetista.

Uno de los componentes del grupo instrumental Mnozil Brass.
Uno de los componentes del grupo instrumental Mnozil Brass.

Es la primera vez que el grupo dará un concierto en Barcelona. Mañana, se estrenarán también en Madrid (Teatro Nuevo Apolo). “Partimos desde la reinterpretación de la música clásica hasta el pop a través del humor visual. Nuestra música es fundamentalmente instrumental, aunque también interpretamos canciones a capela”, añade el músico. El grupo, formado por cuatro trompetas, tres trombones y una tuba, ha recorrido medio mundo desde que en 1992 estos siete graduados de la Universidad de Música de Viena decidieran forman la banda en una céntrica taberna de la ciudad. De la música clásica al jazz o el pop, el grupo utiliza instrumentos de viento tradicionales, y otros más desconocidos, como “la trompeta con válvula rotativa personalizada”, o un ukulele. “Con el ritmo que llevamos es muy complicado descansar, apenas hemos tenido una semana de vacaciones tras nuestra gira por Estados Unidos”, explica Gansch recién aterrizado en la capital catalana.

“De Barcelona esperamos que venga mucha gente con ganas de pasárselo bien, es nuestra primera actuación aquí y nos hace especial ilusión”, añade Gansch. “Además, soy un gran aficionado del Barça. Es una pena que no vaya a poder ir al clásico contra el Real Madrid el domingo en el Bernabéu”, explica. Su música está caracterizada con elementos del slapstick (payasada en inglés), un subgénero de la comedia que artistas como Charles Chaplin o los hermanos Lumière desarrollaron a finales del siglo XIX y que el grupo versiona “con sentido del humor austríaco”.

En Internet, algunas de sus interpretaciones en directo superan los tres millones de visitas. “No sé cómo pueden tocar tan bien y hacer tantas gracias a la vez. A veces da la sensación de que están tocando más de los que son”, escribe una seguidora llamada Triana Tudela sobre uno de los cientos de vídeos de la banda que circulan por la Red.

Tras desarrollar espectáculos como Smole, Ragazzi o Seven, el grupo austríaco pretende ahora con Cirque transformar el escenario en “un bonito circo durante unas horas”. En sus directos, los interpretes también se convierten en actores sin grandes puestas en escenas: les basta con lo que puede dar de sí una simple silla, sus habilidades musicales y la teatralidad de sus gestos. Los géneros que interpretan incluyen canciones populares austríacas y otras más conocidas cantadas a capela. Como su versión de Bohemian Rhapsody, de Queen. O su particular visión de la banda sonora de una de las películas de James Bond. Al grupo le aguardan más de 40 actuaciones en Europa durante siete meses. En noviembre, viajarán a Japón para dar 50 conciertos más. “Deberíamos perder muchos kilos tras cada gira, pero claro, llegas a Barcelona, bebes vino tinto, comes paella... y así no hay quien adelgace”, añade Gansch entre risas.

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Sobre la firma

Carlos Garfella Palmer
Es redactor de la delegación de Barcelona desde 2016. Cubre temas ambientales, con un especial interés en el Mediterráneo y los Pirineos. Es graduado en Derecho por la Universidad de las Islas Baleares, Máster en Periodismo de EL PAÍS y actualmente cursa la carrera de Filosofía por la UNED. Ha colaborado para otros medios como IB3 y Ctxt.

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