Kiki Smith lanza su aliento en el Palau
La artista norteamericana expone 31 obras en el edificio modernista de Barcelona
Bronce, cera, silicona, madera y textil. La artista germano americana Kiki Smith (1945), una de las voces más importantes del arte actual, utiliza toda clase de materiales para representar el mundo natural, en el que representa lobos, aves y gatos, y la condición humana, sobre todo, mujeres; ella misma, representada de cuerpo entero, —impresionantes sus figuras de mujeres que nace de animales como ciervas y lobas—, a partir de su rostro, de sus manos y de sus fluidos; todo lleno de un alto contenido místico, mitológico y religioso.
La artista, cuya obra pudo verse en 2009 en la Fundación Miró, no ha dudado en producir para la ocasión ocho de las 31 obras que pueden verse en el Palau de la Música, entre otras cosas, por la admiración que siente por la música clásica, ya que su madre era cantante de ópera.
Hasta el 30 de abril pueden verse en el edificio modernista creado por Domènech i Montaner Breath (aliento), una muestra en la que destacan dos enormes tapices, de aspecto medieval, que se han instalado en el Foyer; en uno de ellos un lobo mira al espectador de forma desafiante. El resto de obras se exponen en la sala Lluís Millet, entre ellas ocho pequeñas esculturas creadas en madera de tilo, recortadas con láser, en las que aparece alguna parte de su anatomía, como unas manos sosteniendo un corazón o unas aves de colores; o tres autorretratos en los que se representa su respiración y su aliento, además de grabados y litografías en la que ella es la auténtica protagonista.
La exposición de Smith es la última programada dentro del ciclo que vincula las artes y el Palau que dirige Víctor García de Gomar, director artístico adjunto del centro. Los visitantes que pagan una entrada para un concierto o visitan el edificio ya han podido ver las obras de Louise Bourgeois, Joan Miró, Bill Viola, Antoni Tàpies, Jaume Plensa, Perejaume y Eulàlia Valldosera. “Hay galerías en las que entran menos personas”, dijo Mariona Carulla, presidenta del Palau durante la presentación.
La sala de exposición está presidida por una enorme lampara modernista que cuelga del techo de madera. “Manolo Borja-Villel nos prestaba una araña del Reina Sofía de Bourgeois, pero como la lámpara no se puede descolgar no la hemos podido traer”, se lamentó García de Gomar.
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