Kiki Smith llena la Fundación Miró de frágiles instantes de vida
Es como una narración visual, un relato sin argumento pero con tema -el paso del tiempo, los diferentes momentos de la vida, la muerte...- que va atrapando al espectador fascinado por una acumulación de objetos, dibujos y símbolos de lectura abierta y poética. Es Her Memory, una gran instalación que la artista estadounidense Kiki Smith (Nuremberg, 1954) inaugura esta noche en la Fundación Miró de Barcelona y que antes ha podido verse ya en Alemania. Pese a ser un trabajo cargado de simbolismos y referentes biográficos, la artista reivindica el carácter abierto y universal de su trabajo. "Somos el resultado de una cultura y una historia, sí. Pero eso no quiere decir que tengamos que quedarnos aquí", explica la artista. "El cambio es la naturaleza de la vida".
Hija del escultor abstracto Tony Smith y de la cantante de ópera Jane Lawrence, Kiki Smith se dio a conocer como artista en el Nueva York de la década de 1980 con unas piezas en las que el cuerpo y sus fluidos eran los grandes protagonistas. "Casi todas mis esculturas representan mujeres, pero no es una cuestión ideológica, sino que, muchas veces, simplemente me es más fácil tenerlas como modelos", afirma la artista. "Además, soy mujer y reflejo mi experiencia y mi manera de pensar. Pero no me interesa la autobiografía ni tampoco que haya una lectura de género, parto de mi contexto para realizar las obras, como sucede muchas veces en el arte, pero la lectura es más amplia. Nadie se extraña si un hombre dibuja hombres, pero si es una mujer se tiende a encasillarla".
La exposición, y se echa en falta, no recupera obras antiguas de Smith, sino que se centra, y eso explica que casi todas las obras sean de propiedad de la autora o de su galería, en sus últimos trabajos. Es decir, en esta gran instalación que ella va trabajando como un work in progress que tiene su inspiración inicial en un antiguo bordado del siglo XVIII que representa las tres etapas en la vida de una mujer. Con este motivo, y centrándose sólo en la mujer ya adulta que presenta en diferentes momentos y situaciones, la artista utiliza dibujos sobre papel, pinturas sobre vidrio, objetos, esculturas en diferentes materiales, collages y otros elementos que crean este cuento íntimo y a un tiempo universal sobre la vida y el arte de crear. Para ello se sirve de simbolismos como el de la Anunciación, representación femenina por excelencia que ella utiliza a veces como símbolo de la inspiración artística.
"Trabajo con el lenguaje histórico, pero soy consciente de que estas imágenes no significan lo mismo en todas partes", comenta Smith, que se crió en una familia católica irlandesa y alude a esta iconología muchas veces morbosa de manera muy personal en su trabajo. "Me interesa que haya lecturas diferentes, no busco tener un control ideológico y claro de los significados, simplemente intento cambiar algo pequeño en la mente del espectador. El arte, en general, va sobre el espacio, el físico y el mental, trata de expandir la vida, abrirla. Pero trabajo por impulsos".
La instalación, que se pensó originalmente para el Museum Haus Esters (famosa casa de Mies van der Rohe) en Krefeld, se ha presentado también en Nuremberg, ciudad en la que nació por azar debido a una gira de su madre. Mientras la preparaba, explica, murió su madre y este tema, el de la muerte, la relación filial, el aprendizaje y la plenitud madura aparece también como subtexto en esta instalación en la que ofrece un verdadero festival de técnicas y disciplinas combinadas en las que hay poco virtuosismo pero sí mucha sensibilidad. "Hacer arte es una oportunidad de aprender a hacer cosas y tengo mucha curiosidad por conocer variadas técnicas y procesos. Pero no soy maestra de nada, me gusta experimentar cosas diferentes".

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