Un informe encargado por Trias cuestiona los estudios del tranvía
La UB concluye que los datos "se han utilizado con la intención de favorecer la tesis” de Colau. El grupo Demócrata pide responsabilidades
Es una enmienda a la totalidad. El informe que el grupo municipal Demòcrata ha encargado en la Universidad de Barcelona sobre los estudios del Ayuntamiento, que avalan la unión de los tranvías por la Diagonal, cuestiona “la metodología y los datos utilizados” y concluye que “se han utilizado con la intención de favorecer la tesis” del Gobierno de la alcaldesa Ada Colau. Estos “defectos comprometen la rentabilidad del proyecto y sobrestiman los beneficios de la infraestructura”, aseguran los autores del informe.
Visto el análisis, el portavoz del grupo que preside el exalcalde Xavier Trias, Joaquim Forn, ha pedido “la retirada del proyecto” y ha exigido “responsabilidades por los errores, tanto técnicos como políticos”. “No puede ser que una administración utilice datos sesgados para hacer una inversión tan grande”, ha denunciado Forn, tras recordar que el coste previsto es de 175 millones. Si los primeros estudios de la Autoridad Metropolitana del Transporte (ATM) apuntaban a un retorno social de la infraestructura del 44%, los informes del Ayuntamiento lo rebajaron al 11% y el análisis de los estudios la sitúa por debajo del 3% que justifica una infraestructura de transporte. Forn ha pedido también a la Generalitat y el ATM que opinen sobre el análisis.
El examen a los estudios del tranvía lo firman los profesores Daniel Albalate y Albert Gragera, especialistas al estudiar proyectos públicos para evaluar el retorno: “Nos interesa el qué, no quién”, han avisado antes de presentar el estudio. Albalate ha puesto en duda la metodología y ha alertado de la utilización de datos que no son suficientemente rigurosos: “No existe una legitimidad clara para sacar adelante un proyecto como el del tranvía por la Diagonal”. También han criticado que el paquete de estudios no contemple “análisis de riesgo, de como cualquier error puede afectar la rentabilidad final”. “Mucha gente que apoya el proyecto no lo haría si se hubiera leído los informes”, mantienen los autores. “En el cálculo intentamos ser favorables al máximo para que no nos acusen de ir en contra del proyecto”, ha añadido Gragera.
Una de las principales alertas que hace el estudio encargado por el grupo Demòcrata es que los informes del Ayuntamiento, que enmarca la unión de los tranvías en la lucha contra la contaminación, “muestran que solo un 1,5% de los beneficios sociales netos se deben a la mejora del medioambiente, la contribución ambiental es pequeña”. Y afirma, en cambio, que los estudios muestran como el 94% de los beneficios irán asociados a la mejora del tiempo de trayecto en transporte público.
La otra gran alerta es que los informes “obvian alternativas relevantes desde el punto de vista del ahorro de tiempo y que costarían una inversión muy menor, alternativas que pasan por la mejora de la gestión del transporte público en Barcelona y que evitarían construir una infraestructura que difícilmente puede echarse atrás”. En este sentido, el estudio sugiere que sería suficiente acabar de desplegar la nueva red de bus y mantener las actuales líneas 7 y 34 (que van por la Diagonal) e introducir mejoras de gestión (prioridad semafórica para los buses o la posibilidad de acceder por todas las puertas) para conseguir aumentar la velocidad comercial en un kilómetro por hora. “Una alternativa que no se estudia”, han denunciado.
Otro punto donde ha puesto el foco es el hecho de que los estudios encargados por Colau “prevén una demanda del tranvía muy sobredimensionada, excesivamente optimista”, no fundamentan por qué dejarían de circular 12.500 vehículos privados por la Diagonal y hacen una “infravaloración de los costes de congestión del tráfico y las emisiones que provocará” la unión. O que en algunas tablas, los escenarios de referencia que se analizan son diferentes, con periodos de tiempo dispares o datos de diversas. También alertan de que los sobrecostes en la obra pública suelen superar el 30%, una cifra que, dicen, los estudios tampoco contemplan; como no cuentan con la huella ambiental, los costes de construcción y el desmantelamiento de cualquier infraestructura.
Desde el Ayuntamiento, el responsable de la estrategia de la unión de los tranvías, Pere Macias, ha defendido la "solidez" de los estudios hechos hasta ahora y ha recordado que en pocas semanas el consistorio presentará nuevos estudios sobre el impacto del proyecto en la movilidad de la ciudad. Uns estudios que serán "unitarios" en metodología. Sobre 1,5% de retorno beneficioso en materia ambiental que señalan los estudios que critica el grupo Demòcrata, Macias apunta que los modelos utilizados hasta ahora utilizan metodología habitual en en estudios sobre carreteras, que se centran en el beneficio en tiempo de trayecto, y que son distintos de los referentes a la movilidad urbana.
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