De cháchara con los robots
La feria Global Robot Expo llega a Madrid con drones. exoesqueletos o brazos industriales


- Yo me llamo Tico ¿y tú?
- Yo Teresa. ¿Tienes mucho trabajo por aquí?
- Mucho. ¿Qué haces?
- Estoy visitando esta magnífica feria de robótica.
- Es muy bonita. ¡Cuántas cámaras!
Esta conversación, que tenía lugar ayer, parecería de lo más banal si no fuera por el hecho de que Tico es un robot (asturiano y de ojos saltones, para más señas), que charlaba con una visitante. “Decimos que Tico es un robot social, o de protocolo, que puede interaccionar con la gente y proporcionarle información”, cuenta Celestino Álvarez CEO de Adele Robots. Sus aplicaciones están en aeropuertos, hospitales, tiendas, hoteles y todo tipo de eventos. “Es como un ordenador, depende de cómo lo programes”, dice el empresario.
En la feria de robótica Global Robot Expo, que abrió ayer sus puertas, había bullicio y no solo causado por humanos. Aquí conviven en trato cercano robots humanoides, ubicuos drones, exoesqueletos, cortacéspedes autónomos, brazos industriales y todo tipo de ingenios tecnológicos. Por el momento humanos y robots se llevan bien: nada más entrar un robot te ofrece un caramelo. “Vivimos inmersos en un profunda revolución tecnológica que es uno de los motores de la economía mundial. Y la robótica es uno de sus hilos conductores”, explica Enric Forner, el director de la feria. Según sus datos el sector tiene un crecimiento anual de un 17% anual y mueve 140.000 millones de euros.
Este sector tiene sus estrellas, y aquí están presentes. Por ejemplo, el que tal vez es el robot más popular del mundo, Pepper, desarrollado por la compañía japonesa Softbank Robotics, y su hermano pequeño Nao, que se fabrican masivamente. “En Japón ha sido un boom y ya trabaja en muchos lugares, tiendas, museos, hoteles”, dice Gonzalo Sánchez , de Robotrónica, que lo comercializa en España, “también se usa en todo tipo de eventos, porque tiene un gran efecto wow, de llamada de atención”. Está por aquí la simpática foca Paro, creada por Takanori Shibata, de pelaje blanco y suave, y que se utiliza para acompañar y ayudar a personas con demencia o autismo (es tan famosa que ha salido hasta en Los Simpsons).
Los robots también llegan al hogar, aunque más que como el mayordomo robótico (en plan el C3PO de Star Wars) que hace de todo y que es fácil imaginar (pero muy difícil de desarrollar), como robots específicos para cada tarea del hogar. En la feria se reproducen algunos aspectos de la casa robotizada: los limpiacristales, limpiaparrillas y cortacéspedes autónomos de Smartbot, o lo sofás móviles y sensorizados de Fama. El sistema Asistae sensoriza las casas de personas que viven solas y avisa a sus seres queridos de situaciones inhabituales.
Dumy, de la empresa A Robotic Life, es un nuevo robot español que se puede tener en casa por menos de 1.000 euros. Este si tiene forma humanoide (tirando a rechoncha) y múltiples habilidades: está alerta a escapes de gas o incendios, responde preguntas y ayuda a los más pequeños a hacer los deberes, juega, cuenta cuentos, y te recuerda la lista de la compra o la pastilla que te tienes que tomar. También controla las constantes vitales. ¿A dónde va a llegar todo esto? “Estamos lejos de crear una verdadera inteligencia artificial, cosa que, además, nos costaría aceptar. Creo que un aparato siempre debería quedarse en un aparato, no convertirse en persona”, dice Javier Lamas, creador de Dumy.
Olimpiadas robóticas
Mañana es el día para el público general en la feria Global Robot Expo (Palacio de Cristal, Casa de Campo. En sus 8.000 metros cuadrados se podrá participar en talleres de iniciación a la robótica, de sumobots (que practican algo así como lucha Sumo) o de artbots (robots artistas). También presenciar carreras de drones, los actos del Madrid Drone Film Festival (el primer festival español de películas rodadas con drones), el Ferrovial Challenge (una competición de desarrollo de pequeños robots) o el área de la World Robot Olympiad (Olimpiadas robóticas). El año pasado más de 10.000 personas visitaron la feria.
Sobre la firma

Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.