Una ‘netflix’ a la catalana
El Libro Blanco de lo audiovisual demanda una inyección de 137 millones de euros para la CCMA
Hace falta dinero, mucho más dinero, para remediar la mala salud de la televisión catalana y concentrarse en la producción de contenidos de calidad –especialmente series de televisión y películas- que deberían conformar una nueva plataforma de producciones en catalán. En resumen: “un 'netflix' a la catalana”, en palabras de Roger Loppacher, presidente del Consell de l’ Audiovisual de Catalunya (CAC). La explicación la dio en la presentación del Libro Blanco de lo Audiovisual en el Parlament, la institución que encargó al CAC esa radiografía y hoja de ruta del sector en la pasada legislatura. El resultado es un amplio estudio del panorama audiovisual y la evolución que ha tenido en los últimos años y una serie de propuestas y recomendaciones que, en principio, hay intención de cumplir ya que se creará una comisión de seguimiento en la que estarán todos los implicados: Parlament, Generalitat, el propio CAC y el sector audiovisual.
Ante una evolución marcadamente negativa, el CAC insta a un fuerte incremento de la aportación pública para los medios de la CCMA que cifra en 137 millones de euros anuales de manera progresiva en los próximos cuatro años para poder llegar a la media que destinan otros países a sus radiotelevisiones públicas. Con una población similar a la catalana dedican 50 euros por persona y año frente a los 31,6 de Cataluña. Lejos de crecer, la aportación pública a la CCMA ha bajado de los 334 millones de euros de 2010 a los 234 de 2015. Lo que no sugiere la diagnosis es si esa aportación tiene que ser vía presupuestos o mediante la introducción de un canon, un sistema que funciona en algunos países "pero que también es objeto de revisión", apuntó Loppacher en la presentación, flanqueado por la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y la consejera de presidencia, Neus Munté.
La petición del CAC de más medios se suma a la que realizó el sector audiovisual catalán la semana pasada en el manifiesto “Més TV3!” en el que reclamaba al Parlament y el Govern más inversión para los contenidos. Precisamente, el Libro del CAC insta a que el incremento de recursos se dedique íntegramente a los contenidos para mejorar la calidad de las series y los programas de televisión de producción catalana y que estos sean muchos más. El Libro hace una comparativa del coste de series por capítulo: Juego de Tronos cuesta diez millones de euros, Marsella un millón, y la afamada Borgen 600.000 euros. “Todas están muy lejos del coste de Merlí que no supera los 185.000 euros”, ha destacado Loppacher quien añadió que es necesario mejorar la calidad y la formación para crear una ficción propia en catalán y con ella una nueva plataforma.
El decremento de recursos públicos, al que hay que añadir la importante bajada de los ingresos por publicidad, en el mismo periodo pasó de representar 100 millones de euros a quedarse en 65. Entre los dos, los ingresos han caído un 33%. El pastel de la publicidad se lo llevan los dos grandes grupos: Mediaset con un 49% del mercado y Atresmedia con el 46%.
El Libro Blanco también analiza la cuota de la televisión en catalán que ha bajado del 26% de 2000 al 18,5 del año pasado, una evolución que cae más, hasta el 15%, si lo que se mira es la cuota de audiencia de los canales de televisión. Y si se mira la audiencia de los programas destinados a los niños de 4 a 12 años ha bajado hasta un 10% desde un 25% de 2007, una disminución de la que se han beneficiado los canales temáticos estatales, según destaca el Libro. “Se trata de una tormenta perfecta porque a los malos datos económicos y de audiencia hay que sumar un cambio de hábitos del consumidor de audiovisual”, apuntaba Loppacher. Un cambio que está estrechamente relacionado con el paso de la televisión analógica a la digital y a la explosión de las plataformas. Según el trabajo del CAC, en el año 2000 había 2 canales analógicos en Cataluña y 5 en España. El panorama actual es de 8 canales digitales en Cataluña y 32 en España. Las televisiones de pago han subido de un 8% de 2014 a un 35% en 2016.Y las inversiones que hacen las plataformas en la creación de contenidos, como Netflix que invierte 1.000 millones de dólares, son inaminaginables en una institución pública.
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