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Los museos se especializan en niños este fin de semana

Las principales instituciones organizan actividades para los más pequeños. La fórmula más utilizada es una visita a la que sigue un taller en el que desarrollan su creatividad

Taller para 16 niños '16 personajes que maravillan... y Miguel de Cervantes, celebrado ayer en la Biblioteca Nacional.
Taller para 16 niños '16 personajes que maravillan... y Miguel de Cervantes, celebrado ayer en la Biblioteca Nacional.ÁLVARO GARCÍA

Organizar actividades para niños se ha convertido en una de las fórmulas de promoción más empleadas por museos y espacios expositivos. Tanto a través de los centros educativos como acompañados de sus mayores, los más pequeños son ya un público habitual de los grandes museos, a los que han seguido con diligencia salas de exposiciones y museos más modestos. La demanda de estas actividades es por lo general muy superior a la oferta, por lo que siempre se abre la reserva con bastante antelación; lo que las hace ideales para familias previsoras y desaconsejables para los amantes de improvisar. Pero si lo idóneo es organizar con tiempo la visita, los planes de última hora también pueden ser viables si se opta por una visita autónoma, partiendo de los distintos materiales didácticos que editan museos como El Prado o las guías para niños y adultos del Centro de Arte Reina Sofía.

El Prado. La fórmula más utilizada para esta tarea —que es, en definitiva, una herramienta de creación de nuevos públicos— es la visita-taller. Consiste en una sesión de entre hora y media y dos horas: en una primera parte los niños contemplan algunas obras seleccionadas y después participan en un taller de creación relacionado con lo visto. El Museo del Prado organiza visitas-taller dirigidas a familias con niños de entre 4 y 12 años todos los fines de semana de invierno.

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Artes Decorativas. Las joyas pueden ser símbolo de poder, pero también talismán, y así se plantea en el taller Escultores de plata y oro (para mayores de cuatro años) que se celebra en este museo.

Lázaro Galdiano. Si la mitología es mirada como el conjunto de superhéroes de la Grecia y Roma clásicas, es posible que los niños asimilen conceptos que de otro modo les resultarían lejanos. El taller Bienvenidos al Olimpo (de 6 a 10 años), del Museo Lázaro Galdiano, les invita a representarse como dioses clásicos poseedores de ciertas habilidades.

Biblioteca Nacional.Siempre mantiene alguna exposición en su sala polivalente y al hilo de la misma organiza talleres, como el de Cervantes en una caja, que se inspira en la muestra 16 personajes que maravillan… y Miguel de Cervantes. Tras recorrer la exposición y conocer a algunos de los protagonistas del universo cervantino, los niños de 6 a 12 años construirán su propio libro-vitrina, escenario de las historias creadas por el literato.

Las artes escénicas también sirven para fomentar las artes plásticas. Hay museos que organizan cuentacuentos, teatro, danza... originando una fructífera complicidad entre disciplinas artísticas.

Niños en una de las jornadas para jóvenes del Thyssen.
Niños en una de las jornadas para jóvenes del Thyssen.EP

El Bosco. El Museo del Prado estrena en febrero el espectáculo Delicias de un sueño, que se inspira en el mundo fantástico creado por El Bosco en El Jardín de las Delicias. Está recomendado para espectadores de uno a cinco años y el plazo de reserva de entradas se abre el lunes.

Romanticismo. Algunos relatos de Oscar Wilde, como El ruiseñor y la rosa, El gigante egoísta o El príncipe feliz se escucharán en la sesión de cuentacuentos Oscar Wilde, el creador de cosas bellas (domingo, 12.00) que tendrá lugar en el Museo del Romanticismo.

Cerralbo. Para asistir a un baile de comienzos del siglo XX hay que acicalarse conforme a unas pautas estéticas. Y eso es lo primero que hacen los asistentes al taller Un palacio en fiestas, del Museo Cerralbo: fabricar algunos complementos. Luego conocerán ciertas costumbres de la alta sociedad de la época.

Un grupo de niños, ayer ante el 'Guernica' en el Reina Sofía
Un grupo de niños, ayer ante el 'Guernica' en el Reina SofíaÁLVARO GARCÍA

Reina Sofía. Hasta el cine tiene cabida en un museo. Lo demuestra el Reina Sofía, que ha organizado la actividad MuseoCinema, cuyas sesiones, recomendadas para mayores de ocho años, tienen lugar los sábados a las 18.00 (del 28 de enero al 18 de marzo). El ciclo presenta una serie de cortometrajes de animación, ficción y documental que plantean los roles de género, las relaciones familiares o las identidades en relación con la sexualidad a través de la fantasía y la metáfora como formas de crítica.

Sorolla. Al igual que hizo en sus inicios el pintor valenciano que le da nombre, el Museo Sorolla invita a niños de entre tres y seis años a retocar imágenes propias en el taller Iluminando fotografías, que tiene lugar los sábados de enero.

América. Una vez al mes, el Museo de América realiza una curiosa visita tecnológica a su colección. América + Virtual (para mayores de 12 años) consistente en utilizar una tableta y aprovechar los recursos de ciertas aplicaciones de realidad aumentada para conocer por dentro las piezas del museo o participar en la excavación virtual de una pirámide.

Mapfre. La sala de exposiciones de la Fundación Mapfre, que actualmente acoge la exposición Los Fauves. La pasión por el color, ha organizado tres actividades paralelas en función de la franja de edad de los participantes. Para los niños de tres a seis años, la visita-taller Creaciones. ¡Puro color!; para los de 7 a 12, Conexiones. ¡Ilusiones de colores!, y para los jóvenes de 13 a 18 años, Percepciones. Expresión fauvista.

CaixaFórum. Hasta el 5 de febrero, acoge la exposición Los pilares de Europa. La Edad Media en el British Museum, que reúne 250 objetos procedentes de la institución británica. En paralelo organiza talleres y visitas comentadas dirigidas a familias con niños de entre 4 y 12 años.

Arqueológico. Si hay una iniciativa singular que facilite ir por libre es la del Museo Arqueológico. Bajo el título Talleres abiertos, talleres autónomos, pone a disposición del público su sala de actividades, en donde cualquier visitante puede realizar hasta siete actividades distintas relacionadas con piezas de la exposición. Cada actividad se apoya en una pequeña hoja informativa que es necesaria para realizar el taller de forma autónoma. Pero si surgen dudas, hay un monitor de apoyo en la sala durante las tres horas que permanece abierta (un domingo al mes, de 11.30 a 14.30).

Antropología. El juego de pistas Los mil y un viajes del Museo Nacional de Antropología ofrece la oportunidad de investigar y descubrir a través de un crucigrama, una adivinanza…

Un vivero de visitantes de calidad para el futuro

Estos días circula por las redes sociales una foto bastante desalentadora: varios niños, absortos en las pantallas de sus teléfonos móviles, dan la espalda al cuadro La ronda nocturna, de Rembrandt, en una de las galerías del Rijksmuseum de Ámsterdam. En la era de las pantallas y el consumo fugaz de contenidos, no es tarea fácil conseguir que los más pequeños de la casa presten atención a una obra de arte estática que requiere unos minutos de reflexión y, por qué no, evasión. Existen, por suerte, algunas iniciativas para evitar escenas como esta, en la que el capitán Frans Banninck Cocq posiblemente haya sufrido el mayor desaire en los más de tres siglos que lleva plasmado en la obra.

Un ejemplo son las Visitas Taller Para Familias los fines de semana en el Thyssen-Bornemisza: durante dos horas, familias con niños de entre
3 y 12 años recorren el museo de la mano de un guía para, después, pasar al taller donde hacen su propia obra de arte. "La idea es que se imbuyan de la imaginación del artista y que luego recreen su proceso creativo", cuenta el responsable del Área de Educación del Museo, Rufino Ferreras. "Queremos visitantes de museos de calidad a largo plazo", añade. El sábado y el domingo, entre las 10.00 y las 16.00, ofrecen hasta nueve recorridos y experiencias según temáticas y edades, en los que prima el ejercicio de los sentidos y la imaginación. "No es una actividad formativa, sino para educar el ojo y el gusto", aclara Ferreras. "Los más pequeños tienen una mirada limpia para el arte, sin prejuicios ni condicionamientos culturales". Algo que en el Thyssen-Bornemisza cultivan desde hace dos décadas, respondiendo a lo que dijo Picasso: "Todos los niños nacen artistas. El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer".

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