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El mercado de los juguetes olvidados

Miles de piezas antiguas y de colección se concentran en el Mercado del Juguete

Diez años lleva el Mercado del Juguete del Centro Comercial La Ermita recibiendo visitantes. Lo hace cada primer sábado de mes, cuando sus más de 60 expositores despliegan el tenderete. Casi 4.000 personas acuden a ver Scalextric; coches a escala; trenes eléctricos; Madelman; Playmobil; Lego; Geyperman; Barbies; Nancys... Y todo tipo de juguetes, desde figuras de Star Wars hasta princesas Disney.

“Proponemos un reencuentro con los juguetes de colección antes de que acaben las vacaciones”, explica Roberto Espacios, portavoz del mercado en relación con su próximo mercadillo (el sábado 7 de enero, en horario de 10.00 a 14.30). “Además, estamos de celebración porque inauguramos nueva sala con más de 1.000 metros cuadrados”, añade Antonio Montana, organizador de la feria (Paseo de la Ermita del Santo, 48). La superficie se llenará, una vez más, de réplicas de juguetes antiguos y joyas para coleccionistas, pero también de juguetes de nuestros días. Que aquí lo importante es compartir lo básico: esa afición y esa pasión por piezas extraordinarias que une generaciones.

“El público es tan variado como lo que buscan”, apunta Espacios. “Hay niños que nunca conocieron los Lego de piezas cuadradas rojas y blancas que buscaría un adulto”, explica Ricardo Castaño, vendedor de Lego en el Mercado del Juguete. “Pero a grandes y pequeños les encantan los de Lego Star Wars”, añade.

La afición por el clásico es tal que hay puestos dedicados íntegramente al merchandising relacionado con la franquicia creada por George Lucas. “Vienen pidiendo personajes que aparecen cuatro segundos en pantalla al fondo... del fondo”, bromea Diego García, coleccionista y vendedor en el Mercado de figuras —de todos los tamaños— de Star Wars. “A la gente le gusta el más difícil todavía”, añade, “de hecho se aprende mucho interactuando con los más apasionados”.

La función educativa es otro de los puntos fuertes del este mercado. La asociación de coleccionistas de Clicks prepara, cada edición, un diorama en el que los propios muñecos —más de 500 figuras— representan una historia. En esta edición está dedicado a la época victoriana, a la revolución industrial. “Nieva sobre las farolas del primer tendido eléctrico, sobre un grupo de mujeres sufragistas y de unos obreros en huelga”, explica Miguel Siles, de la asociación. “Actualmente vivimos momentos parecidos relación con el tema de derechos”, matiza, “y hay que contarlo aunque sea con muñecos sonrientes… Puestos a jugar, juguemos con la historia”.

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