Dos años de cárcel para el maltratador grabado en Alicante dando una paliza a su novia
La juez le considera autor de un delito de lesiones
La juez ha impuesto dos años de cárcel al joven ucranio que fue grabado por las cámaras de seguridad de un edificio mientras propinaba una brutal paliza a su novia en San Juan de Alicante. La sentencia, hecha pública esta tarde por el Tribunal Superior de Justicia valenciano, establece que Narkis Yakolev incurrió en un delito de lesiones, por lo que tampoco podrá acercarse a la víctima ni comunicarse con ella durante tres años.
Los hechos sucedieron el pasado 20 de noviembre. La pareja había estado en una discoteca hasta altas horas de la madrugada. El acusado regresó antes a casa. Cuando Esther Grabiella M. de nacionalidad húngara y 38 años de edad, hizo lo propio, Narkis Yakolev la abordó en el portal del edificio donde residían y comenzó a golpearla de forma inmisericorde. La juez María Teresa de Jesús Gómez Casado considera probado que le propinó un puñetazo y la tiró al suelo. Luego se colocó sobre ella y continuó dándole puñetazos y patadas. Incluso llegó a cogerla de la cabeza para golpeársela contra el suelo, antes de arrastrarla por los pelos escalones arriba e introducirla a la fuerza en el ascensor.
La paliza fue registrada en las videocámaras que la comunidad de vecinos había instalado en el zaguán del edificio tras sufrir algunos robos. La grabación fue difundida días más tarde por la Guardia Civil con el consentimiento de la afectada y tuvo una gran repercusión. La magistrada considera que esta prueba audiovisual "goza de plena validez" porque las cámaras fueron colocadas por un acuerdo de la comunidad de propietarios "con la finalidad de prevenir la comisión de infracciones penales tales como robos y hurtos". Además, un cartel advertía de su existencia a la entrada del edificio, conforme a la ley de protección de datos.
La magistrada de refuerzo del juzgado de lo Penal 6 de Alicante también considera legal que la Fiscalía modificara su escrito de acusación al inicio de la vista oral y aumentara de nueve meses a dos años y tres meses su petición de condena. Ese cambio, según el fallo, no vulneró el principio acusatorio ni generó "indefensión para el acusado". A pesar de que unos días antes, tras su detención, éste rechazara el acuerdo de conformidad que le ofrecía el Ministerio Público en la fase de instrucción. Ese acuerdo era mucho más beneficioso para él, pues conllevaba a cambio de su confesión nueve meses de prisión que se podrían haber quedado en seis.
Durante el juicio, que se celebró el viernes de la semana pasada, tanto el sospechoso como su pareja se acogieron a su derecho a no declarar. Sin embargo, haciendo uso de su derecho a la última palabra, Narkis Yakolev, de 22 años, pidió perdón entre lágrimas a todas las víctimas de la violencia machista que se pudieran haberse "sentido identificadas" con las imágenes y justificó la agresión en el "arrebato de celos" que había sentido al ver aparecer a su novia con otro chico. "Estas manifestaciones no podemos entenderlas como prestación de conformidad, pues la misma requiere de una aceptación clara, expresa e inequívoca", argumenta ahora la juzgadora.
La juez se inclina por considerar a Yakolev, que está en prisión desde su arresto, autor de un delito de lesiones, y no de un maltrato simple en el ámbito de la violencia de género. La sentencia, que puede ser recurrida, cita abundante jurisprudencia del Tribunal Supremo y concluye que el collarín y los antiinflamatorios prescritos a la agredida en urgencias para curar el esguince cervical y los hematomas que sufría suponen un tratamiento médico y justifican la aplicación del delito de lesiones.
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