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El mar se come cada año cinco metros de delta del Ebro

Un plan piloto del IRTA y la UPC tratará de frenar el desgaste que sufre el humedal

Marc Rovira
Punta del Fangar, en el delta del Ebro.
Punta del Fangar, en el delta del Ebro.Josep Lluís Sellart

El mar le come cinco metros cada año al delta del Ebro. El empuje de las olas impide que la aportación de sedimentos que arrastra el río se asiente entorno a la desembocadura y la erosión de la ribera es constante. Un plan piloto dirigido por el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (IRTA) y la Universitat Politécnica de Cataluña (UPC) tratará de frenar el desgaste del mayor humedal de Cataluña.

El proyecto, para el que se estima un coste de 2,5 millones de euros, planea diferentes mecanismos de lucha contra el deterioro del delta y ambiciona contar con el espaldarazo de la Unión Europea. Aun así, el consejero de Territorio, Josep Rull, desvinculó ayer la ejecución del plan de las posibles ayudas que puedan llegar de Bruselas. Se hará “sí o sí”, dijo el consejero, quien manifestó que a estas alturas la regresión de la zona ya es “tangible”.

La actuación, avalada por la Generalitat, el Gobierno central y el Ayuntamiento de Deltebre, se despliega sobre la mitad norte del delta y busca trazar una línea de contención en una franja litoral de hasta tres kilómetros de playa. No se persigue introducir elementos ajenos al propio parque natural, sino que se trata de que la misma playa ejerza de muro de contención ante la fuerza del oleaje. Otro de los ejes del programa pasa por la recuperación de un brazo secundario del Ebro, hoy taponado. Dando más flujo al río a su llegada al mar se pretende contrarrestar el efecto lesivo del agua salada sobre los bancos de arena que se forman en el área de la desembocadura.

El proyecto también incluye un plan de actuación sobre las lagunas y la optimización de las aguas de la bahía del Fangar, un ecosistema de dunas móviles de destacada importancia para la cría de las aves marinas y que sirve de refugio y alimentación a pájaros acuáticos migratorios.

La punta del Fangar y la playa de la Marquesa constituyen el sistema de dunas más extenso y complejo de todo el delta. El espacio ocupa más de 1.000 hectáreas. La salinización progresiva de las aguas también repercute sobre los cultivos de arroz. Esta zona, además, es la que se encuentra más amenazada por la plaga del caracol manzana. Si bien la Generalitat celebraba hace unos meses su erradicación en el Baix Empordà, en el delta no para de ganar terreno.

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