La Policía inmoviliza por primera vez las limusinas ilegales de Madrid
La denuncia partió de la Asociación Nacional que mantiene que hay un 80% de intrusismo en el sector
La Policía Municipal ha puesto en marcha una campaña para acabar con la piratería en el sector de las limusinas. Durante los últimos fines de semana, un equipo de la Unidad de Tráfico ha comenzado a parar estos vehículos de lujo y a inmovilizar aquellos que no cumplen con todos los requisitos legales. La queja ha surgido de la Asociación Nacional de Alquiler de Limusinas, cuyos representantes creen que hay hasta un 80% de coches ilegales en el sector. En la capital, según datos de esta entidad, circulan casi medio centenar de estos vehículos.
Los equipos de la Unidad de Tráfico de la Policía Municipal han patrullado durante los cuatro fines de semana de septiembre y algunos de octubre por el centro de la capital para comprobar que estos vehículos llevaban todos los documentos en regla, en especial la licencia para el transporte de viajeros, además de verificar si los conductores estaban dados de alta en la Seguridad Social. En estos controles, participan, además de los agentes municipales, inspectores de la Consejería de Transportes.
Los agentes inmovilizaron en una noche nueve vehículos ilegales, ya que carecían de las mínimas condiciones de seguridad, según fuentes del sector. Otras dos sanciones se interpusieron por no estar contratado el conductor y el otro por carecer de la perceptiva hoja de ruta, que incluye el recorrido exacto y su duración.
Uno de los problemas con que se encontraron las autoridades es dónde meter esos coches de un tamaño tan grande. Algunos superan los nueve metros de longitud. Tuvieron que ser trasladados al depósito del Escuadrón de la Policía Municipal, en el Puente de los Franceses, hasta que sus propietarios pagaron la denuncia.
Las sanciones impuestas pueden llegar hasta los 4.000 euros, dado que se trata de una sanción grave del Reglamento de Transportes. Todos los conductores y propietarios de los vehículos se acogieron al pago voluntario, lo que supone una reducción del 30% (2.800 euros al final).
Un sector muy regulado
Para que las limusinas puedan circular necesitan numerosa documentación, según reconocen fuentes del sector.
Se precisa un seguro de responsabilidad civil muy alto para cubrir los posibles daños a ocupantes.
También se requiere la tarjeta de arrendamiento de vehículos con conductor (VTC) y el dar de alta en la Seguridad Social a los empleados.
Al ser un vehículo público, debe pasar la inspección técnica de vehículos (ITV) cada seis meses.
Otras dos limusinas fueron multadas por llevar exceso de ocupantes. La normativa actual obliga a que solo pueden ir en este tipo de vehículos un máximo de nueve pasajeros incluido el conductor. Algunos coches, en especial los todoterrenos y los de mayor longitud, tienen espacio más que suficiente para superar este límite. Algunas empresas cobran por viajero transportado, por lo que buscan introducir en el vehículo el mayor número de pasajeros posible, a pesar de que incumplen la normativa.
Fuentes policiales reconocen que en el pasado fin de semana la mayoría de las limusinas que detuvieron ya habían solicitado la documentación tras mantener varias reuniones con Transportes.
La denuncia partió de la Asociación de Limusinas, formada por cinco empresas madrileñas, dos de Barcelona y otra de A Coruña. Estas protestan porque de los 40 vehículos de lujo que circulan por la capital sólo ocho o nueve lo hacen de forma legal. “El resto son de propietarios de vehículos traídos de Estados Unidos por poco dinero y que están en un estado lamentable en seguridad y limpieza. Muchas veces ni siquiera han pasado la ITV y tienen un olor nauseabundo”, relata el presidente de la asociación, Carlos Colás. El precio de una limusina usada y en un estado razonable llega a los 40.000 euros, mientras que si es nueva sube de 100.000.
Despedidas de soltero
El sector trabaja sobre todo los fines de semana en despedidas de soltero, cumpleaños, aniversarios, bodas, cenas de empresa o traslados al aeropuerto. Para contratarlas solo se puede hacer en persona en la compañía, según la legislación. El precio de una hora en un vehículo legal oscila entre los 160 y los 200 euros. Pero, los piratas pueden bajarlo hasta los seis euros por pasajero, incluida una botella de cava. “Eso sí, muchas veces el recorrido no pasa de los diez minutos, pero puede resultar rentable si lo cogen entre varios para ir de un lugar a otro de la capital. Y eso que no se puede recoger en la calle, como si fueran un taxi. Muchos sí lo hacen”, reconoce Colás.
A las dificultades de estas empresas se une el alto coste de mantenimiento del vehículo. Gastan de media unos 20 litros cada 100 kilómetros. También requieren un aparcamiento especial, así como un mecánico de confianza, ya que por lo general no existen recambios en España. Además, hay que pagar por el posicionamiento preferente en Google.
BlaBlaCar, sancionada por competencia desleal
Comuto Iberia, la filial española de BlaBlaCar —la empresa que conecta a particulares para hacer viajes y compartir gastos—, recibirá en breve una sanción por parte de la Comunidad de Madrid, que ha apreciado irregularidades al ofrecer y facturar servicios de transporte público de viajeros pese a carecer del título habilitante requerido para ello.
Según adelantó ayer Abc, la Consejería de Transportes también ha abierto un expediente sancionador contra dos conductores que se anuncian en Internet. Las sanciones, consideradas graves y muy graves, pueden llegar a los 4.001 euros. Un portavoz de Comuto Iberia aseguró el viernes que no habían recibido ninguna notificación de la sanción.
Transportes mantiene que el precio cobrado por los conductores de este servicio supera a los gastos que supone el viaje en coche. Esto supone que hay lucro y competencia desleal en un sector muy regularizado. La compañía lo niega.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.