Entre triángulos amorosos, crisis emocionales y genios finalmente comprendidos

ROCK. Aquello llamado ‘Kraut’

Nacido en Hamburgo (Alemania) en 1950, Michael Rother fue uno de los responsables del krautrock. Era una etiqueta, en principio despectiva, que se aplicó a principios de los años setenta a los grupos alemanes que intentaban crear un sonido propio. Aquellos chavales nacidos tras la Segunda Guerra Mundial se encontraban con un vacío absoluto de referentes. Su pasado inmediato, el nazismo, les repelía, pero tampoco querían entregarse a la música estadounidense o británica. Al fin y al cabo esos países habían reducido a escombros muchas de las ciudades germanas. Rother fue parte de la banda Kraftwerk y después fundador de Neu!, uno de los grandes nombres de ese movimiento. Su trabajo fue muy influyente en la trilogía berlinesa de David Bowie. Aunque desde esa época, 1977, lleva una intensa carrera en solitario, este martes trae a Joy Eslava, Michael Rother plays Neu!, directo basado en las canciones de su primera época.

ÓPERA. Golondrinas ambiciosas en la Zarzuela

Cuando José María Usandizaga concibió su zarzuela Las golondrinas la dotó de empaque y grandeza, y culminó su historia. Literalmente. La muerte ganó al compositor y, una vez fallecido, fue el hermano de este el que puso música a las partes habladas convirtiéndola, por así decirlo, en una ópera. Así es como se presenta en el Teatro de la Zarzuela durante toda la semana, siendo esta la primera producción de la primera temporada programada íntegramente por Daniel Bianco, responsable de la institución.

Esta producción de Las golondrinas unas pasiones desatadas en el triángulo amoroso que enfrenta a dos mujeres por el corazón de un desgraciado payaso. De la puesta en escena se encarga un pasional y fiero Giancarlo del Monaco, que pone teatralidad a una historia en la que la música avanza abriéndose paso por los cambios de un turbulento siglo XX. Una producción que no dejará frío a nadie que se podrá ver en la sala de la calle Jovellanos desde el miércoles 19 hasta el domingo 23.

TEATRO. Pérdida de valores

Tras ser lector de español en la Universidad de Ghana, Alberto de Casso regresó a España en 1997. A partir de ese momento se convertiría en un destacado autor de teatro, consiguiendo importantes premios por el Calderón de la Barca, el Lope de Vega o el Beckett. El próximo viernes estrena en la sala Lagrada (Ercilla, 20) su última creación, El segundo infierno, puesta en escena por Andrea de Gregorio con la compañía Antagonía.

En una pequeña editorial de teatro y poesía, al borde de la ruina, Irene (Ruth Salas) y Manuel (Alejandro Navamuel) desde sus particulares crisis emocional y económica, abordarán temas como las relaciones superficiales, la guerra de sexos, las contradicciones de las ideologías femeninas, la mediocridad literaria y especialmente la banalidad de las redes sociales al crear Manuel una cuenta en Facebook para coleccionar mujeres hermosas con las que mantener conversaciones cínicas y triviales. La publicación del último libro desatará una guerra sin cuartel entre ambos personajes.

El segundo infierno está programado en la sala Lagrada hasta el 30 de octubre y los días 4, 5 y 6 de noviembre a las 21. 00 (excepto domingos a las 20.00).

DANZA. Daniel Doña explora las sombras

El bailarín y coreógrafo Daniel Doña presenta el sábado 22 de octubre en el Teatro Municipal Centro de Navalcarnero su nueva pieza Black Box. Será dentro del programa de la Red de Teatros de la región madrileña. Black box cuenta con la coreografía y el vestuario de Doña y las luces de Olga García, siendo interpretada por su creador acompañado en escena por Cristina Gómez, Sou Jung Yon y Cristian Martín.

Black box, según el propio coreógrafo “indaga en un universo mestizo en estilos, intimo, elegante, sin artificios”, aventurando la experiencia escénica como “una nueva forma de concebir la danza española, cara a cara con el espectador, exprimiendo su esencia más contemporánea”; se trata de un espectáculo donde, sumando sus experiencias anteriores, Doña cuida de forma exhaustiva y detallista los contrastes entre luces y sombras, los intencionados silencios, has llegar a la escenografía, la música y el vestuario, interviniendo personalmente en todos los procesos. Finalmente el artista expresa que se trata de “una pieza capaz de reconciliar la tradición con las últimas tendencias y explorando la sensibilidad particular de cada intérprete” hasta llegar a una puesta en escena donde prima el rigor y la sobriedad.

Daniel Doña es uno de los artistas de la nueva danza española más inquietos y que trabaja con una notable constancia. En su biografía destaca su etapa en el Ballet Nacional de España y sus colaboraciones con Antonio Márquez, Rafael Amargo, Rafaela Carrasco y Rojas y Rodríguez, habiendo creado coreografías para el Ballet Nacional de Cuba y el Festival de Granada, entre otros.