Noche de cine en el Auditorio
La orquesta clásica Santa Cecilia y la Fundación Coral Excelentia de Madrid repasan las grandes bandas sonoras y canciones de película en un concierto
La noche comenzó de Champions: con Zadok the priest. Compuesta por Handel e interpretada por primera vez en la coronación del rey Jorge II de Inglaterra, la cosa empezaba futbolera, pero luego siguió por otros derroteros. La Fundación Excelentia y la orquesta sinfónica Santa Cecilia ofreció la noche del martes en el Auditorio Nacional un recital de cine, en el que repasó las bandas sonoras y canciones de películas más conocidas para el gran público. A la batuta, el director Kynan Johns.
Ennio Morricone, uno de los grandes compositores cinemstográficos, hizo en seguida su aparición en la sala gracias al tema principal de La Misión, la película de 1986 protagonizada por Jeremy Irons. Por un momento pareció que el Tiranosaurus Rex iba a entrar en la sala cuando la orquesta interpretó la canción de Parque Jurásico, obra de otro de los grandes escritores de la memoria musical de decenas de generaciones, John Williams. A continuación, el público se trasladó a Kenia gracias a los vientos de Memorias de África.
La audiencia se estremeció y parecía que acompañaba los compases de la potente Carmina Burana. Hubo espacio incluso para la marcha nupcial, aunque el número uno de momentos románticos se lo llevó la pieza principal de Titanic. El pobre Jack se vino a la cabeza de los espectadores mientras se hundía en el océano. Aunque Leyendas de pasión, le plantó cara al tema de Celine Dion en lo que a emoción se refiere. También hubo aportación española, que se tradujo en la pieza de Lohengrin, de Wagner, que Alejandro Amenábar seleccionó para Mar adentro.
¿Quién puede imaginarse la famosa frase "A dios pongo por testigo que jamás volveré a pasar hambre" sin la composición de Steiner que acompaña a ese momento de superación? Imposible no asociar determinadas imágenes con su música correspondiente. Para completar la lista de autores indispensables en la historia del cine, Vangelis hizo acto de presencia con 1492. La conquista del paraíso, el filme que refleja el descubrimiento de América. Momento épico.
La característica percusión de la banda sonora de Juego de Tronos llevó al público a un recorrido por los siete reinos de la serie de George R. R. Martin. Más de uno se imaginó como un Jon Snow o una Kaleshi durante unos minutos. Somwhere ove the rainbow, de El mago de Oz y I will follow him, de Sister Act supusieron la nota simpática de la noche.
No falto el cierre estelar de La Guerra de las Galaxias al que siguieron dos bises. Un animado Kynan Johns pidió al público que cantara con ellos. La primera elección, 1492. La conquista del paraíso, no dio mucho pie al público a tararear así que repitieron con Sister Act y ahí la gente sí que acompañó con palmas. Un cierre estelar.
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