Las víctimas narraron a los agentes que los detenidos se acercaron a la vivienda del padre del menor para pedir explicaciones por haber solicitado su custodia. La discusión se fue acalorando por momentos y, pasados los minutos, se inició un forcejeo entre ambas partes. Fue entonces cuando uno de los arrestados abandonó momentáneamente la vivienda y se acercó al coche. Abrió el maletero y sacó de él una escopeta de postas. Como la disputa seguía, apuntó al padre y al abuelo del menor, disparó, y alcanzó de lleno al segundo de ellos, de 52 años. El padre del niño, de 35 años, logró esquivar el disparo, pero también tuvo que ser atendido por los servicios médicos. Presentaba un shock hipovolémico y diferentes heridas causadas en la pelea que había mantenido previamente.
Orden de captura
Varios testigos han corroborado, según fuentes policiales, la versión de las víctimas. Los agentes iniciaron una investigación para la localización y detención de los autores de los disparos. Emitieron una orden de captura contra ellos. Informados de lo que sucedía, los presuntos responsables se personaron de forma voluntaria en la Comisaría del distrito de Usera-Villaverde, donde fueron detenidos.
Los cartuchos de postas se han utilizado habitualmente para la caza mayor en España, pero ahora están prohibidos. Aún así, todavía se pueden adquirir. Se considera posta al perdigón con un tamaño superior a los cinco centímetros. El uso de esta munición fue vetado por la marca que dejaba en las piezas cazadas. Este tipo de balas es la reina de la potencia corta, pero pierde rápidamente su energía en la distancia y se dispersa, lo que hace que sea muy peligrosa para otros cazadores. Viaja a una velocidad de 410 metros por segundo y, a una distancia de 20 metros, cubre un punto de impacto superior a los 40 centímetros de diámetro.
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