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La Cubana se ríe de los pijos

La compañía estrena en el Teatre Coliseum su primer musical, basado en "Gente de bien", un sainete en que el Santiago Rusiñol caricaturizaba a los nuevos ricos

Los actores y actrices de La Cubana, el martes, durante la presentación de "Gente de bien", en la entrada del Teatre Coliseum.
Los actores y actrices de La Cubana, el martes, durante la presentación de "Gente de bien", en la entrada del Teatre Coliseum.Carles Ribas

A principios del siglo XX, muchos de los nuevos ricos surgidos en la Barcelona modernista intentaban abrirse un hueco entre la burguesía a base de hacerse notar. Compraban títulos nobiliarios, hablaban en castellano porque era más “distinguido”, adquirían toda clase de lujos: palacetes, vestidos imposibles, muebles ampulosos y joyas, muchas joyas. Santiago Rusiñol dio cuenta de esta realidad en el sainete Gente de bien, en el que ridiculizaba de manera divertida esta clase social. Se estrenó en 1917, después se convirtió en un texto recurrente entre las compañías de teatro aficionadas y ahora, cuando se cumplirá un siglo de su escritura, La Cubana ha rescatado la obra y la ha convertido en un musical que empezará a escenificarse hoy en el Teatre Coliseum.

La Cubana siempre ha cantado y bailado en sus espectáculos, pero este es el primer musical como tal que estrenan. Decidieron dar el salto tras el éxito de Campanades de boda. “Nuestros asesores nos hicieron ver que teníamos que cambiar de registro. Basta mirar la cartelera de Barcelona. O pones un musical en tu vida o la has fastidiado. Fuimos a Londres y a Nueva York, pero al final escogimos un clásico catalán. No sabemos si lo lograremos, pero veremos teatro y nos reiremos mucho”, explicó el martes Jordi Milán, director del espectáculo. De hecho, el resultado final es una opereta, especificó.

Para la ocasión, han tirado la casa por la ventana: Hay un elenco de 15 actores de todas las épocas de la compañía, desde Mercè Comes a Mont Plans, y Jaume Baucis o Babeth Ripoll. El reparto en total encarna a 162 personajes. Además, para trasladar al público la atmósfera excéntrica retratada por Rusiñol, las actrices y a los actores se acicalarán con nada menos que 30 kilos de joyas, casi 200 pelucas y 180 vestidos comprados en París, Lión y... en los bazares chinos de Badalona.

“La obra trata sobre los nuevos ricos, la necesidad imperiosa de enseñar lo que tienes y hacer el ridículo. Vimos que esto se puede extrapolar a diferentes épocas”, señaló Milán. Por eso, como el arte de aparentar no tiene fecha de caducidad, inspirándose en el texto Rusiñol han ido mucho más allá. Así, el argumento de la versión de La Cubana de Gente de bien arranca en 1917, en el seno de una familia que ha acumulado mucho dinero con la industria de la carne y los embutidos (en el original la familia se enriquecía con vetes i fils).

El caso es que quieren penetrar en la burguesía barcelonesa, se compran un título nobiliario, organizan fiestas, aparcan el catalán y hacen practicar a los criados el arte de las genuflexiones y las reverencias. También empiezan a ser noticia por los escándalos extramatrimoniales. Después, la obra se planta en 1951, en pleno franquismo. Los negocios cárnicos siguen viento en popa. Pero además es la época del estraperlo, del “qué hay de lo mío”, de la obligación de hablar castellano y de los amantes escondidos tras las misas y los rosarios.

En 1980 los nobles ya no presumen de títulos nobiliarios. Está de moda el socialismo, los negocios inmobiliarios y las fiestas de habaneras. Al final, el recorrido sociológico sobre los pijos de La Cubana termina en 2017, cuando las longanizas de la familia protagonista se exportan por todo el mundo, tanto que quieren abrir fábrica en China. Un momento en el que la riqueza se disfruta pero no se exhibe, está de moda el inglés y es común declararse independentista de cara la galería pero votar al PP en secreto. La Cubana se mofa de la actualidad porque hoy en día ya no eres nadie si no estás imputado ni tienes dinero en paraísos fiscales, opina la compañía.

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“El musical es precioso. Lo hacen los jóvenes… nosotras hacemos lo que podemos", bromeó Comes junto a Mont Plans. Los actores interpretan 12 números musicales creados por Joan Vives, quien hace doblete en la cartelera de Barcelona ya que también está al frente de los músicos de Scaramouche de Dagoll Dagom. Vives se ha inspirado en las operetas famosas en la época de Rusiñol como La viuda alegre o El Conde de Luxemburgo. “Es un homenaje, un revival de este tipo de música”, añadió el compositor, que trabaja con La Cubana desde 1989. La música de Gente de bien la han grabado músicos del Auditorio de Barcelona y a cambio La Cubana dirigirá en enero Mamboo, con la Banda Municipal de Barcelona.

En el escenario del Coliseum predominan las lámparas infinitas, los colores dorados, los muebles exagerados y el humor disparatado. El resultado es un espectáculo de dos horas. Lo que no quisieron desvelar los miembros de La Cubana es si estos pijos irreverentes y sus mayordomos respetarán a rajatabla las reglas de la cuarta pared, o si descenderán al patio de butacas para interactuar con el público, algo bastante probable teniendo en cuenta el formato habitual de la compañía. “El público de La Cubana siempre hace lo que quiere”, quiso dejar claro Plans.

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