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Puigdemont aboga por un referéndum “vinculante”

El presidente de la Generalitat busca el apoyo de la CUP en la cuestión de confianza

Dani Cordero
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acompañado del vicepresidente, Oriol Junqueras (i), durante una sesión de control al ejecutivo catalán en el Parlament. EFE/Archivo
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, acompañado del vicepresidente, Oriol Junqueras (i), durante una sesión de control al ejecutivo catalán en el Parlament. EFE/ArchivoEFE

Carles Puigdemont afronta este miércoles la primera cuestión de confianza de la historia del Parlamento catalán con la seguridad de que la salvará, porque la CUP le brindará su apoyo. El presidente de la Generalitat ha mantenido en hermético silencio el contenido de su discurso, en el que es previsible que incluya su voluntad de convocar un referéndum de independencia “vinculante”. Así intenta asegurarse hasta el final del actual mandato el apoyo de la CUP, que sigue siendo incierto. Puigdemont volverá a demandar al Gobierno central que convoque una consulta.

“Vinculante” es el adjetivo que ha adoptado el Gobierno catalán para recalcar que no repetirá una consulta como la del 9-N de 2014 y para evitar la fórmula “referéndum unilateral” que reclama la CUP —y que han hecho suyas asociaciones independentistas como la Asamblea Nacional Catalana— en los últimos meses. La Generalitat estudia todavía qué fórmula puede ser la adecuada para que tanto los partidarios del sí como los del no a la independencia se puedan sentir llamados a votar, cuál podría ser homologable por organismos internacionales y, sobre todo, cuál lograría que el resultado de esa hipotética consulta fuera vinculante para el Gobierno catalán.

Con esos elementos quiere jugar Puigdemont y por ello volverá a invitar hoy al Gobierno en funciones y a quien quiera ser presidente del próximo Ejecutivo a asumir la convocatoria de un referéndum de independencia en Cataluña. Desde el Gobierno autónomo, el Partit Demòcrata Català y ERC hay nulas esperanzas de que la denominada vía escocesa sea aceptada por el Ejecutivo central, pese a que ambos partidos se han comprometido a colaborar para investir presidente a aquel que diera viabilidad a esa demanda.

El presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí, Jordi Turull, criticó el martes con dureza esa negativa en una conferencia en el foro Nueva Economía. “Parece que les dan más miedo las urnas que las armas, porque con los de las armas se sentaron a negociar, y con nosotros, no”, señaló el dirigente soberanista, después de arremeter contra el uso que, en su opinión, el Gobierno de Mariano Rajoy está haciendo de las instituciones para desacreditar a los partidos independentistas.

Ante la falta de esperanzas de una respuesta afirmativa de La Moncloa, el presidente catalán ofrecerá la alternativa de dar él “la voz a la ciudadanía”, según afirmó la portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté.

En estos momentos hay dos posibles fórmulas sobre la mesa: las “elecciones constituyentes” que hoy forman parte de “la hoja de ruta” del Gobierno catalán; y la convocatoria de un “referéndum unilateral”, que ha ido ganando espacio en la política catalana desde el verano. El Ejecutivo catalán se negó primero a asumir esa segunda opción y poco a poco le ha ido abriendo las puertas. Es hoy una opción que agrada en especial a Puigdemont y que sigue sin convencer a la antigua guardia del Partit Demòcrata (exConvergència).

Pese a la voluntad de Puigdemont de cambiar su “hoja de ruta”, la portavoz del Gobierno catalán, Neus Munté, ha señalado que los acuerdos y las propuestas definitivas no se producirán todavía. Es posible que las propuestas se puedan convertir en acuerdos parlamentarios durante la próxima semana, con motivo del debate de política general, o que se concreten dentro de unos meses. La CUP no dará mucho más tiempo, aunque ayer Munté recalcara, por enésima vez, que la cuestión de confianza “no se ha negociado”.

Presupuestos congelados

Un año después de las últimas elecciones catalanas —este martes se ha celebrado el aniversario— y diez meses después de que Puigdemont fuera investido gracias a sus votos, los anticapitalistas de la CUP reclaman concreciones al proceso independentista que pilota la coalición de Junts pel Sí. Quieren conocer qué herramienta servirá para culminar el proceso y, además, constatar que tanto ese objetivo como otros de índole social son incluidos en los Presupuestos del próximo año.

Si bien la CUP ha dado un respiro para superar la cuestión de confianza, la formación anticapitalista no prevé facilitar la aprobación de los Presupuestos hasta tener las certezas que demanda. De ahí que el Gobierno catalán se encuentre en la misma situación que en junio, cuando fue incapaz de aprobar las Cuentas autonómicas por el veto de los anticapitalistas. Como sucede ahora con la cuestión de confianza, nunca antes el Parlament había devuelto a un Gobierno sus Presupuestos al prosperar las enmiendas a la totalidad. Fuentes de la Generalitat consideran que, si no se pudieran aprobar los presupuestos por segundo año consecutivo, habría que dar por finiquitado el mandato.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Es integrante de la redacción de EL PAÍS en Barcelona, donde ha desempeñado diferentes roles durante más de diez años. Licenciado en Periodismo por la Universidad Ramon Llull, ha cursado el programa de desarrollo directivo del IESE y ha pasado por las redacciones de 'Ara', 'Público', 'El Mundo' y 'Expansión'. 

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