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La Selva se llena de okupaciones

Los alcaldes denuncian que más de un millar de viviendas de la comarca propiedad de los bancos han sido tomadas, muchas veces por “jetas”

La Policía Local comprueba que no haya tomas ilegals.
La Policía Local comprueba que no haya tomas ilegals.Agustí Ensesa

La Selva es víctima de un vacío legal. Buena parte de las urbanizaciones de la comarca han visto proliferar un perfil de jeta que ocupa casas con piscina y que, además, se conecta ilegalmente a los suministros de luz y agua cuando estos han sido cortados. La gran mayoría de las viviendas son propiedad de entidades financieras. Los alcaldes afectados tratan ahora de poner coto a los que califican de “plaga” que afecta a más de un millar de viviendas, según sus estimaciones. Estos se quejan del vacío legal con el que que se topan y reprochan a los bancos que se desentiendan de la situación hasta que no hay problemas graves. Endesa interviene cortando la corriente eléctrica allá donde se descubre el fraude.

Endesa detectó y actuó en 2015 en 3.697 casos de viviendas de las comarcas de Girona donde se cometía fraude eléctrico, un 8% más que el año anterior. Uno de cada cuatro casos se concentran en solo nueve poblaciones de La Selva, la comarca más afectada por este problema. El fraude lo cometen grandes empresas, como los cuatro hoteles del Grup Savoy detectados este verano en Lloret de Mar, pero también clientes individuales. Se dan diferentes modalidades: los que tienen el contador manipulado, los que pinchan la luz de una farola pública y los que se conectan van directamente a la línea.

Son principalmente estos últimos los casos en los que hay más peligro por la seguridad de las personas que lo manipulan, pero también en casos como La Selva, donde estos fraudes se cometen en urbanizaciones rodeadas de bosque, un riesgo de incendio. Precisamente esta semana Maçanet de la Selva ha alertado a Endesa de una docena de casas ocupadas y con la luz pinchada en una de las urbanizaciones por el riesgo que representaba en caso de que hubiera cortocircuitos o sobrecargas. Endesa les ha cortado la luz.

Desde el consejo comarcal diferencian varios tipos de okupas, desde los más vulnerables —se instalan en pisos, intentan pasar desapercibidos y acuden a los servicios sociales a pedir ayuda— a los que el presidente del ente, Salvador Balliu, califica de “jetas”, que eligen casas con piscina sin tener necesidades reales.

Maçanet, Caldes de Malavella, Riells y Viabrea, Vidreres y otras pequeñas localidades de La Selva calculan que, cada una, tiene unas 40 de viviendas ocupadas. En Blanes la cifra asciende a 160, aunque los alcaldes sospechan que las cifras reales son aún mayores porque muchas ocupaciones pasan desapercibidas hasta que los vecinos no se quejan o la policía las detecta.

Los ayuntamientos afectados buscan fórmulas para hacer frente al problema. Caldes denunciará penalmente a los okupas que causen problemas de convivencia y seguridad si los propietarios de las fincas no lo hacen. En algún caso, los ocupantes han llegado a amenazar a los vecinos. El alcalde de Vidreres, Jordi Camps, que tiene 40 kilómetros calles en urbanizaciones, se lamenta de la respuesta obtenida de los bancos:

En la misma situación se ha encontrado en Riells y Viabrea que, como Caldes, sufre serios problemas de convivencia. “Los Mossos dicen que no pueden hacer nada [sin orden judicial] y los bancos, que en muchos casos aún no tienen escrituradas las casas, se desentienden”, explica el teniente de alcalde, Francesc Tàpia. “¿Cómo los explicamos a los vecinos que no podemos hacer nada cuando los okupas dejan una piel de cordero colgada en un árbol o acumulan porquería?” se pregunta. En Riells, tras dos denuncias por agresión, La Caixa ha actuado por fin y una casa será desahuciada.

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