“Cuesta entender que Colau no fuera el año pasado a la Diada y vaya ahora”
Joan Botella defiende la opción federalista, "para gestionar las cosas comunes importantes"
Joan Botella (Barcelona, 1951) es el nuevo presidente de Federalistes d'Esquerres en sustitución del filósofo Manuel Cruz. Su bagaje como profesor de ciencias políticas desde 1975 se transmite en el tono didáctico de las respuestas.
Pregunta. Explique qué es el federalismo a la señora María.
Respuesta. Es lo que permite que los hijos de la señora María sigan sumando juntos, aunque no estén de acuerdo en todo.
P. Dicho así suena bien, pero las relaciones entre hermanos pueden ser muy complicadas.
R. Cada uno hace lo que quiere con su vida, pero con las cosas comunes importantes se ponen de acuerdo y las gestionan de manera compartida. La mayoría de los problemas de nuestra sociedad pasan por encima de las fronteras. Los Estados de la Unión Europea se pusieron de acuerdo porque es obvio que hay políticas compartidas con las que todos salimos ganando.
P. ¿Pero los pueblos tienen derecho a elegir su futuro?
R. Claro. El federalismo solo funciona si se basa en las decisiones de los ciudadanos.
"Los partidos se han convertido en maquinas de acceso a los cargos públicos"
P. ¿Su asociación defiende la consulta?
R. No tomamos opciones concretas sobre problemas concretos. Defendemos una aproximación compartida sobre problemas comunes. Intentamos evitar las cuestiones de actualidad. Los partidos se han convertido en maquinas de acceso a los cargos públicos. Nosotros no tendemos vocación personal, queremos difundir ideas.
P. ¿Eso no es huir el debate?
R. No nos importa quién habrá en el gobierno sino qué ha de hacer el gobierno. El federalismo no es un remiendo de actualidad para superar la crisis entre Cataluña y España, sino la clave que permite regenerar desde abajo las instituciones.
P. Pero usted defiende el referéndum a título personal.
R. Sí, hace cuatro años escribí un artículo en EL PAÍS planteando que el referéndum era la única solución. Pero primero hay que rehacer la autonomía y luego preguntar a la gente. No es lo mismo elegir entre la independencia o Rajoy que entre la independencia y un autogobierno sólido y respetado.
P. ¿Qué piensa del momento político catalán?
R. No hay una mayoría social detrás de la hoja de ruta ni suficiente claridad sobre cuáles son las etapas, sobre qué es lo que se hace en cada momento. Eso explica la falta de cohesión del bloque Junts pel Sí y la CUP.
P. Suman 72 diputados.
R. No es seguro que puedan sumarse automáticamente todos esos votos, pero es verdad que se ha roto la fortaleza inmensa que tenía el catalanismo político. Hoy el principal partido de la oposición es Ciudadanos, eso es un resultado tangible del proceso y no estoy seguro de que sea una buena noticia.
“El frente del ‘sí” gana porque está articulado y tiene un horizonte”
P. Las posturas intermedias entre el sí y el no a la independencia como la de Federalistes cuesta mucho que se abran paso.
R. Sí, estamos en medio porque no nos gusta ni la política de Rajoy ni la de Mas. Podemos entender qué quiere decir una Cataluña independiente, pero en la opción de la Cataluña no independiente hay de todo. Iceta no tiene la misma opinión que Arrimadas o que Fernández Díaz. El frente del no no es un todo, no tiene un líder, ni un discurso, ni una propuesta única, ni una simbología. Por eso gana el frente del sí, porque es el único articulado. Este domingo tiene un horizonte compartido, una simbología, una camiseta que se puede comprar en el quiosco.
P. ¿Irá a la manifestación de la Diada?
R. Sí, a la de Sant Boi, de En Comú Podem, que me parece más interesante que la de Barcelona, una concentración con la consigna de dar apoyo a un gobierno.
P. ¿Qué piensa de la presencia de Ada Colau en esa concentración este año?
R. Los mismos argumentos que declara Colau este año para ir a la Diada ya estaban vigentes el año pasado para que no fuera: es una manifestación partidista y ella representa a toda la ciudad. Este año ha dicho que hay más razones para ir que para no ir, insinuando una especie de solidaridad con Carme Forcadell. Estamos aún en la órbita del misterio, de las posiciones que salen de los canales establecidos. No sé si eso es la nueva política o no, pero cuesta leerlo desde la sintaxis política tradicional.
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