Al rescate del último Moyano
Una asociación se ha puesto en marcha para escuchar las demandas de los libreros de la mítica cuesta
El político zamorano Claudio Moyano fue, en el siglo XIX, quien impulsó una reforma del sistema educativo español para acabar con los altos índices de analfabetismo de la época. La Cuesta de Moyano comenzó a operar en 1925 y lleva 91 años ofreciendo libros. En 1939 las vencedoras tropas franquistas cerraron los puestos durante 15 días para requisar los libros que iban contra la moral del régimen y, desde entonces, siempre ha habido alguien vendiendo libros. Pero hoy en día caminar por la tarde, en verano, o sentarse a leer un libro en una de sus bancas de hormigón puede ser un suplicio. El granito quema. En invierno hace mucho frío. “Una herencia de Gallardón”, dice uno de los libreros acalorado. Pero puede que ese detalle cambie dentro de poco. Territorio Moyano ha sido puesto en marcha por la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Museos del Ayuntamiento de Madrid. La iniciativa se engloba dentro del Plan Madrid Territorios de Lectura. De esta manera, las autoridades locales se han propuesto escuchar las demandas de los libreros de la cuesta que, desde hace años, vienen pidiendo una mejora de sus condiciones de trabajo.
“De seguir así, esto es un barco que se hunde”, dice Ángela Barrios, que lleva 15 años en el puesto número 18 y cuenta con unos 1, 500 títulos, además de unos 5, 000 libros en un almacén. “Pero vemos esta iniciativa con cierta ilusión, porque hay una voluntad de escuchar y saber cuáles son nuestros problemas. Algo que nunca había pasado”.
Ramón Gómez de la Serna solía decir que en la cuesta de Moyano se podían encontrar libros tan baratos como el boquerón, a 15 céntimos. De ahí el nombre de la red abierta y colaborativa que ya ha comenzado un diálogo en torno al mejoramiento de la cuesta. La Red Boquerón está integrada por los 30 libreros de la cuesta, la Administración Pública madrileña y representantes de instituciones vecinas como el Museo Reina Sofía, Caixa Forum, Hub, el Jardín Botánico y agentes que provienen del ámbito de los libros y la lectura.
El primer encuentro se dio el pasado mes de junio. El proyecto ha buscado, desde el principio, ganarse la confianza de las partes involucradas, así como fomentar una participación donde se co-diseñe, entre todos, lo que se quiere hacer con la cuesta. Uno de los primeros logros ha sido, por ejemplo, incluir el área en la programación de los Veranos de la Villa. También ha habido un piloto enfocado a actividades culturales en la zona, como presentaciones de libros. También se prevé un taller para desarrollar un prototipo de banco urbano diseñado especialmente para leer al aire libre. “Moyano debe ser parte del eje cultural de Madrid y aparecer en la oferta cultural y turística de la ciudad. Debería haber señalizaciones que traigan a la gente hacia aquí”, dice Carlos Casterjón, librero entusiasmado con el proyecto, que está convencido de que hay que quitarle hostilidad al espacio.
Pero así como hay gente ilusionada, también hay quienes se muestran escépticos. “Durante los últimos 15 años todo ha ido para peor”, dice Juan, librero desencantado con los gobiernos municipales anteriores. Para muchos libreros el declive de la cuesta comenzó en el 2007 cuando la calle se volvió peatonal y perdieron visibilidad. “Hay que ir de acorde con los tiempos y si la tendencia de las ciudades modernas es tener más calles peatonales, se tendrá que respetar. Pero sí es necesario que haya una mayor flexibilización en los horarios de carga y descarga”, puntualiza Ángela. De prosperar el proyecto, libreros y lectores podrían salir beneficiados beneficiados.
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