Tras la lámpara de Lina Morgan
El actor practica yoga en El Retiro, adora el Templo de Debod porque cree que en otra vida fue egipcio y frecuenta un local de samba aunque no sabe bailar
1. El Retiro. Para mí es un sitio importantísimo, porque yo necesito campo, verde… Si no, me moriría. Vivo a 15 minutos del parque y aquí practico una especie de crossfit al aire libre. Entro por el Ángel Caído y más arriba hay unas máquinas donde entreno. También medito y practico Ashtanga yoga.
2. Comunidad Harekrisna Bhaktivedanta. No te imaginas lo bien que puede sentar visitar el centro y bajar a cantar con ellos. Voy a menudo, es muy liberador. Son súper majos y además por seis euros puedes comer un plato súper rico de verduritas. Me parece perfecto para escapar del moderneo de Malasaña. (Calle del Espíritu Santo, 19).
3. La Mucca de Pez. Mis sitios favoritos tienen mucho que ver con las zonas donde están los teatros en los que he actuado. Solo de pensar en la pizza de boletus y el pad thai se me hace la boca agua. Queda muy cerca del Palentino, donde puedes pedirte un pepito de ternera en el momento crítico de la noche. (Plaza de Carlos Cambronero, 4).
4. El Templo de Debod. Por los atardeceres, por el círculo de palmeras donde me tumbo y porque me fascina Egipto desde pequeño. He leído todos los libros de Terenci Moix y cuando pude viajar allí, invité a todas mis hermanas. Fui egipcio en otra vida y sí, creo completamente en la reencarnación. (Calle de Ferraz, 1).
5. El perro de la parte de atrás del coche. Fue uno de los primeros locales a donde fui al llegar a Madrid. Me gusta todo, empezando por el nombre. Pinchan temazos de otra vida… ¡Puedes escuchar Nirvana! Es un sitio sin tensiones, donde la gente se junta. (Calle de la Puebla, 15).
6. El Rastro. El otro día encontré una ganga: un neceser de los setenta, tipo James Bond, con su espejo y su peine por cinco euros. Me encanta la rutina dominguera de ir allí, enfilar hacia Lavapiés y tomar cañas en El Económico (Calle de Argumosa, 1). Vine a Madrid con 19 y estudié en Cristina Rota, en Lavapiés. Tengo muchísimos recuerdos en ese barrio.
7. La Pescadería. Conocí este restaurante hace dos años, cuando estaba actuando en el Lara con Burundanga. Sus cocineros asiáticos hacen platos increíbles, como langostinos con mango o fajitas de rabo de toro. Me recuerda a Nueva York y en la planta de abajo celebré mi cumpleaños ¡con karaoke! (Calle de la Ballesta, 32).
8. Jardín del Príncipe de Anglona. Es mágico. Es un rincón para ir solo y pensar o leer. Tiene una energía muy guay. Cuando vivía en La Latina iba mucho y ahora entro cada vez que paso, por ejemplo cuando voy a comer a La Musa, otro de mis restaurantes favoritos. (Plaza de la Paja, 6).
9. La Negra Tomasa. En este sitio tan auténtico puedes comer y bailar salsa. No sé bailar salsa, pero sus directos son muy buenos. Fui hace poco con Lolita, que nos estamos haciendo muy amigos desde que actuamos juntos, y fue una noche mágica: Se arrancó a cantar porque estaba feliz. (Calle de Cádiz, 9).
10. Teatro de La Latina. Es la primera vez que actúo aquí. Te enfrentas a él con respeto, porque es un teatro con el listón muy alto, donde ha actuado Concha Velasco y con el recuerdo de Lina Morgan, a la que, por cierto, pido permiso antes de salir a escena. Tiene la esencia del cabaret, de la revista… Como nuestra función. Ahora estoy buscando un telón de purpurina y una de las lámparas de Lina que me dicen que están por allí. (Plaza de la Cebada, 2).
Aristófanes y las mujeres
Bart Santana (Huelva, 1980) llegó a Madrid en 1999 para estudiar teatro en Cristina Rota. Ahora representa, hasta el 11 de septiembre, La asamblea de las mujeres (Teatro La Latina), una versión de la obra de Aristófanes dirigida por Juan Echanove.
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