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CHABOLISMO

El descampado de la discordia en Delicias

Un asentamiento de rumanos vive en un solar, propiedad de Adif y del Ayuntamiento. Los vecinos se quejan de problemas mientras los propietarios no dan soluciones

Chabolas en el descampado, propiedad de Adif y del Ayuntamiento.
Chabolas en el descampado, propiedad de Adif y del Ayuntamiento.
Mai Montero

Tierra de nadie. Ese es el mejor calificativo para describir el asentamiento ilegal situado en la calle del Párroco Eusebio Cuenca, en el barrio de Delicias. El solar —de unos 52.000 metros cuadrados y propiedad en su mayoría de Adif y, en menor parte, del Ayuntamiento— se encuentra ocupado desde hace más de dos años por un grupo de entre 50 y 60 de personas procedentes de Rumania. La asociación de vecinos Nudo Sur denuncia que ni el Gobierno municipal ni Adif hacen nada por solucionar esta situación, que genera problemas en el barrio.

Cristales, desperdicios, chatarra y ropa vieja se acumulan en una extensa superficie de 52.000 metros cuadrados cubierta de paja, al lado del Museo del Ferrocarril. Y ahí vive un grupo de 50 a 60 personas procedentes de Rumanía. Juan Ortega, de 26 años, divisa desde su terraza esta escena todos los días. “Es una situación un poco desagradable, a veces se bañan desnudos en las fuentes públicas, se pelean entre ellos, escuchan música a todo volumen y hacen hogueras para cocinar que han provocado varios incendios. De hecho, el año pasado a finales de agosto hubo uno”, asegura.

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El joven explica que esta situación ha provocado también algunos robos en la zona y alguna discusión entre las familias de rumanos con otros sin techo. “Hay temporadas en las que hay solo adultos y otras en las que también hay niños. A veces, los menores rodean disimuladamente a alguien que está sacando dinero de un cajero y le intentan robar. Lo sé porque reconozco sus caras de verles en el descampado”, añade.

María Teresa Jiménez, otra residente en la zona, afirma que ha visto incluso a una mujer embarazada saltar la valla que rodea el solar para acceder al mismo. “Han intentado echarles alguna vez, incluso cambiaron la valla, pero no ha servido de nada, siguen entrando por un agujero o la rompen. Es peligroso también para ellos”, explica. Jiménez, de 60 años, recuerda que desde la administración se prometió hace mucho tiempo que ese solar lo ocuparía una zona deportiva: “No se hace nada, nos dicen que esperemos y como a otros vecinos que están más alejados no les afecta igual, seguimos como siempre”.

La asociación de vecinos Nudo Sur denuncia que ni el Gobierno municipal ni Adif hacen nada por solucionar esta situación que llevan viviendo desde varios años. "Se pasan la pelota de uno a otro y nadie hace nada”, explica su portavoz, “el Ayuntamiento nos ha dicho que la solución va para largo porque no es un asunto municipal”.

Por su parte, Adif, sostiene que un porcentaje de estos terrenos pertenece al Consistorio y que el pasado mes de abril la empresa presentó un borrador al responsable del Área de Desarrollo Sostenible, José Manuel Calvo, para cedérselos. Aseguran que aún no han obtenido respuesta. La empresa se defiende argumentando que el convenio no supondría ningún coste al Consistorio: “Nuestra intención con este gesto es integrar la zona en la ciudad y facilitar la instalación de equipamientos y servicios públicos para los vecinos”, explican desde Adif.

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Desde el Ayuntamiento insisten en que la acampada ilegal no está en la parte municipal del terreno y rechazan esta propuesta porque, según detallan, “la prohíbe expresamente la Ley del Suelo y está condicionada a una modificación del Plan General de Ordenación Urbana”. El Gobierno municipal ha elaborado otro borrador en el que se añade la posibilidad de que sea el distrito de Arganzuela quien reciba el suelo y no tenga que modificarse el plan. La Junta de distrito aún no se ha pronunciado. Mientras tanto, los vecinos siguen atentos al solar y a sus residentes.

Rechazo a la ayuda municipal

Desde el Área de Equidad del Ayuntamiento de Madrid sostienen que han intentado acercarse al grupo de rumanos que se ha creado un asentamiento informal en el solar de Delicias. La finalidad: interesarse por su situación y ofrecerles atención y ayuda. Oferta que los habitantes del solar han rechazado: “Hemos hecho todo lo que hemos podido. Se les intenta ayudar, pero es muy complicado ya que para ellos esa es su forma de vida”, explican desde el departamento. Por su parte, las quejas de los vecinos relacionadas con robos, vandalismo, peleas o incendios puntuales no cesan: “Es peligroso también para ellos”, dice una vecina.

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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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