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RUTAS URBANAS

Una capital fantasma

Un tour invita a recorrer edificios históricos del centro de Madrid en busca de sus espectros

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 Agosto. Cuenta la leyenda que Madrid muta en un territorio fantasma, un escenario urbano plagado de ausencias humanas que trasladan durante el periodo vacacional su existencia a playas y lugares de reposo en masa. Actualmente, el éxodo estival no es tan acusado y siempre resiste un pequeño reducto de actividad turística en la ciudad que echa mano de la creatividad para “hacer el agosto”. Un agosto a kilómetros de chiringuitos y tumbonas y con planes nocturnos como la Ruta Fantasmagórica que esta noche recorre el litoral de la costa de la Gran Vía para despertar a fantasmas con nombres y apellidos, un recorrido por edificios destacados de Madrid donde la historia y la parapsicología descansan bajo el mismo techo.

El recorrido, que aprovecha la ausencia de los vivos para invocar a los muertos, parte a las 22.00 desde la plaza de Ópera como una iniciativa de turismo alternativo que cumple un año. “Se trata de un paseo donde no solamente se busca poner los pelos de punta a la gente, sino de realizar una búsqueda de fantasmas que se han quedado, con nombres y apellidos, vinculados a algunos edificios históricos. También a personajes relevantes de la ciudad”, cuenta María del Arco, historiadora y gerente de Madrid a 1 Paso (www.madrida1paso.com), empresa organizadora de la ruta.

“La idea surgió de mi experiencia en Edimburgo, trabajando para una empresa española que organizaba este tipo de recorridos en la ciudad escocesa. Trabajé con ellos en 2014, en Madrid no había visto nada parecido y lo lanzamos”, explica Del Arco que ideó un paseo de dos horas con paradas en la Plaza de Santo Domingo, el Palacio de la Prensa, el Edificio Telefónica, el Convento de San Plácido, el Palacio de Linares o el Teatro Lara.

Precisamente ese teatro del barrio de Malasaña esconde una de las historias más desconocidas —“y con gancho”— de la ciudad: la leyenda de Lola Membrives. Lola fue una famosa actriz y cantante argentina nacida a finales del siglo XIX. Sus actuaciones causaban furor entre los asiduos al Teatro Lara. A la hora de jubilarse, Membrives regresó a Argentina y murió de aburrimiento; lejos de su público no se respiraba igual. En 2004, los trabajadores del Teatro Lara encontraron su firma “de puño y letra” sobre una fotografía perteneciente a una exposición de instantáneas que ocupaba la entrada del teatro. Desde entonces cuentan que por las noches su voz sale de algún lugar invisible, pero con la misma fuerza con la que cautivó al público de la época.

Pero esta es solo una de las historias del terrorífico tour. María Cárdenas murió en el medievo y fue enterrada en el monasterio de Santo Domingo. Esa misma noche sus gritos desde la tumba la convirtieron en la cataléptica más conocida de la capital. En el Palacio de la Prensa, Eulalia Morgado sigue subiendo y bajando en uno de los ascensores desde que fuera cosida a tiros en los ochenta por su marido, subcomisario de la Policía Nacional. En el Edificio Telefónica dicen reside el fantasma de Goyito mientras que en el Palacio de Linares se concentra toda la activida ectoplásmica de la ciudad.

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