Reforma general en las torres de Azca para atraer nuevas empresas
Torre Europa es el último de los grandes edificios en los que se han puesto en marcha las obras
La economía española vuelve a crecer y el corazón financiero de Madrid reacciona. Azca, la zona junto al paseo de la Castellana donde se concentran las sedes de muchas de las empresas de mayor envergadura, se está renovando de una manera que los expertos consideran la más profunda en décadas. Varios de los edificios más importantes, como la emblemática Torre Europa, están siendo remodelados para incrementar su calidad. Se trata, explican los analistas, de mejoras indispensables para atraer compañías cada vez más exigentes a la hora de escoger los edificios donde instalar sus oficinas.
Torre Europa, en el número de 95 de la Castellana, es el último de los grandes edificios en los que se han puesto en marcha las obras. El grupo Infinorsa, propietario principal del inmueble, empezó a principios de julio unas obras que costarán 20 millones de euros y afectarán a los más de 20.000 metros cuadrados de oficinas disponibles, así como a la fachada, a las zonas comunes y a las instalaciones.
“La reforma aprovechará el diseño original de la torre, que permite disfrutar de la luz natural en todo el interior del edificio. Se añadirán unos pilares de acero a la fachada y se instalará una marquesina a la altura de la primera planta para prolongar horizontalmente el diseño de la construcción”, explica Fernando Ferrero, director de operaciones de Grupo Infinorsa. Ferrero subraya además “la innovadora iluminación led que se instalará en todo el edificio. Contará con unos sensores de temperatura e infrarojos que permitirán establecer unos patrones específicos para la utilización de las salas de la torre. Eso permitirá una explotación optimal de la estructura, y aumentará su sostenibilidad”.
La reforma de la Torre Europa, un edificio de 32 plantas y 121 metros de altura que el arquitecto Miguel Oriol e Ybarra proyectó en 1985, es solo la última de una serie de inversiones en esta zona de Madrid. El año pasado la inmobiliaria Gmp se hizo por 90 millones de euros con la Torre Ederra, en el número 77 de la Castellana. Su rehabilitación pondrá en el mercado 16.000 metros cuadrados de oficinas disponibles.
A ellos se añadirán las nuevas oficinas que resultarán de la rehabilitación de la Torre Castellana 8, que el BBVA vendió a Gmp en 2007 y cuya rehabilitación permitirá poner en el mercado otros 28.000 metros cuadrados de superficie de oficinas disponible, los 15.000 metros cuadrados disponibles en la cercana Torre Picasso tras la mudanza de la consultora Ernst & Young a la Torre Titania y los 10.500 metros cuadrados del edificio en los números 3 y 5 de la Calle Estébanez Calderón, en el que el grupo inmobiliario Colonial invertirá 40 millones de euros para construirlo desde cero tras derribar otro inmueble.
“Siempre habrá demanda en esta zona, porque es un área donde las firmas que necesitan un contacto con sus clientes, como por ejemplo la del sector de los servicios, necesitan estar”, asegura Mikel Echavarren, consejero delegado de la consultora inmobiliaria Irea. “Pero los costes de ocupación por empleado en este distrito están entre los más elevados de Madrid, así que la apuesta por la calidad de los edificios es indispensable para atraer inquilinos”, insiste.
Las empresas prefieren inmuebles de elevada calidad, pues contribuyen a incrementar la productividad de sus empleados. Según los datos de la consultora inmobiliaria JLL al cierre del segundo trimestre de este año, los edificios de grado A, es decir, los de mejor calidad, constituyeron el año pasado el 35% de la superficie total alquilada en Madrid, un 10% más que en 2014.
El conjunto de oficinas madrileñas, sin embargo, padece la falta de este tipo de espacio. De los de 18 millones de metros cuadrados de oficinas que hay en Madrid solo un 11,5% es de grado A, un porcentaje muy por debajo del de otras ciudades europeas. En la zona central de Londres, por ejemplo, las oficinas de mejor calidad llegan hasta el 20% del total.
En Azca, pues, donde las oficinas de este tipo son el 10,5%, las rehabilitaciones que están en marcha representan un factor clave para atraer nuevos inquilinos.
Precios atractivos
Con sus 27,75 euros por metro cuadrado al mes, Madrid ofrece precios de renta muy baratos en comparación con otras grandes ciudades europeas. En Londres ese precio asciende a 170 euros, en París a 63,75 y en Estocolmo, la ciudad más cara, se dispara hasta los 483 euros. Sin embargo, los niveles de renta atractivos no bastan para atraer empresas desde el extranjero: “La elección de la sede empresarial va mucho más allá del sector inmobiliario, y desde luego la fiscalidad española no incentiva la llegada de empresas foráneas”, arguye José Miguel Setién, director del área de oficinas de JLL.
Sin embargo, Setién destaca que las reformas que se están llevando a cabo — “las de mayor envergadura en los últimos 30 años”—, a las que podrían sumarse también la del Estadio Santiago Bernabéu, y la del Palacio de Congresos y Exposiciones, fortalecerán el papel y la importancia de Azca.
Los expertos critican el conservadurismo municipal
Uno de los principales obstáculos al desarrollo urbanístico de Madrid ha sido, según los analistas, la actitud conservadora del Ayuntamiento en comparación con las instituciones de otras ciudades Europeas. “En Londres derribar un edificio y levantar otro totalmente nuevo en su lugar se considera normal. Y es algo que tiene resultados exitosos, ya que en los últimos años se han construido algunos de los inmuebles más importantes de Europa. En Madrid, la demolición del edificio en la calle Estébanez Calderón es uno de los pocos casos en los que se tumba un inmueble para levantar otro en su lugar en una zona céntrica de Madrid”, destaca José Miguel Setién, de JLL. Mikel Echavarren, de Irea, comparte esta visión: “Las autoridades de Londres han coseguido mezclar edificios antiguos con otros modernos e innovadores, y el resultado urbanístico es fantástico. El Ayuntamiento de Madrid no se ha atrevido, y en este sentido la ciudad se queda muy alejada de otras grandes capitales europeas”, señala.
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