Los comerciantes adeudan 1,5 millones por formación
La Confederación de Comercio aún no ha desvelado cómo pagará a sus acreedores
Los centros de formación que trabajaban con la Confederación Catalana de Comercio (CCC) están a la espera de que la entidad, actualmente en preconcurso de acreedores, explique cómo les devolverá los 1,57 millones de euros que les adeuda. La plataforma que han conformado la cincuentena de centros afectados se reunió el pasado lunes con los abogados de la CCC pero la entidad aún no ha explicado cuál será el plan de pagos. Los letrados, en teoría, han de entregar hoy miércoles los términos de la propuesta.
La deuda corresponde a 1,3 millones de euros por concepto de los depósitos de garantía de los centros que retenía la CCC; 32.000 euros en sueldos de profesores y más de 200.000 euros pendientes de pago a las entidades que impartían los cursos. La CCC presentó el preconcurso el pasado 20 de junio tras detectar un agujero de dos millones de euros atribuidos a la mala gestión del ex secretario general, el cesado Miquel Ángel Fraile. La esposa de éste, Rosa María Serrano, era la directora de los programas de formación de la Confederación y también fue retirada de su cargo en junio.
Dos meses de vértigo en la patronal
El 30 de mayo de este año, Miquel Àngel Fraile fue cesado como secretario general de la Confederación de Comercio de Cataluña. El motivo son las pérdidas económicas acumuladas de la entidad, 4,3 millones en la última década.
El 20 de junio, la nueva presidenta de la patronal de los comerciantes, Rosa Maria Eritja, anunció la presentación de un preconcurso de acreedores. El agujero económico supera los dos millones de euros
El 11 de julio, los centros de formación denunciaron irregularidades en la forma cómo se gestionaban los cursos.
Maria Calvo, directora de Bits Educació, aseguró que en septiembre del año pasado la Confederación dejó de pagar los cursos y los profesores. Hasta entonces, asegura, siempre habían cumplido con sus obligaciones a tiempo. “Nos cuesta creer que en toda una junta directiva nadie supiera cómo iban los números”, critica la afectada.
La forma cómo se gestionaban los depósitos de garantía despierta aún más sospechas entre los representantes de los centros afectados. Cada uno tenía que consignar en una cuenta corriente a nombre de la CCC un porcentaje determinado del total de la factura que cobraba por cada curso. Este dinero, en teoría, servía de aval por si en una auditoría a las clases se detectaba alguna irregularidad y después se retornaba.
El preconcurso voluntario le permite a la Confederación ganar tiempo y poner orden en sus finanzas y evitar el concurso. Fuentes de la CCC aseguran que aún se encuentran estudiando la situación real de la organización de la que Fraile fue su máximo responsable durante 30 años. La junta también está pendiente de decidir si emprende acciones legales contra quien fuera su secretario general.
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