Silencio y gin tonics en la sala

Silencio absoluto en el patio del Palacio de Cibeles. Una película se proyecta en pantalla grande, pero no se oyen los diálogos solo el tintineo de los hielos o el sonido de algún espectador comiendo un aperitivo. El cine de verano del Ayuntamiento es un silence cinema experience; es decir, se disfruta con auriculares inalámbricos. Una experiencia acompalada de una propuesta gastronómica, que, hasta el 7 de septiembre, ameniza el verano madrileño con aventuras; cine clásico y una sesión golfa.

El proyector de Cibeles de Cine —organizado por CentroCentro y Sunset Cinema— se enciende este jueves y promete más de 70 películas en versión original en un ambiente retro y con muebles para mitómanos: todo el mobiliario, desde los taburetes a las jaulas, ha aparecido alguna vez en alguna película. La experiencia (entradas 6,5 euros; grupos de cuatro, 5,5 euros; abonos cinco películas, 25,7 0 euros), que va por la tercera edición, nació inspirada por los cines pop up de Londres: “Allí me enamoré de los cines en azoteas o en espacios fortuitos y del concepto de evento social”, dice Jesús Mateo, ideólogo de Sunset Cinema.

La idea importada y adaptada parece que funciona; el aforo crece año tras año, en 2015 cerraron con 27.000 espectadores, y de 500 butacas en la primera edición han pasado a las 700 actuales.“Es ver cine bajo las estrellas, pero con más fresquito”, explica Gabriel del Río, gerente de CentroCentro. La cartelera exhibe estrenos del años, cine de culto, de autor, de aventuras o clásico. “Cubre los gustos de muchos madrileños y complementa la oferta del cine de barrio, pero algo más sofisticado”, apunta Del Río, “las actividades paralelas, con una copa en la mano, marcan la diferencia”. Porque bajo la bóveda de la imponente Galería de Cristal se podrán degustar combinados o perritos calientes (el área gastronómica abre a las 20.00, dos horas antes de la primera proyección).

Leonardo DiCaprio tiene el honor de abrir hoy esta celebración del séptimo arte en Cibeles con El renacido, la película que le valió ese Oscar que tanto se le resistía y con la que Alejandro González Iñárritu demostró que es posible ganarse dos años consecutivos el Oscar al Mejor Director.Habrá mucho clásico, como el baluarte de la Nouvelle Vague, el genial François Truffaut, que protagoniza también la exposición de la muestra: 813 Truffaut, de la ilustradora Paula Bonet. Será también ocasión para la lagrimilla fácil y el recuerdo de películas inolvidables: El Bueno, el feo y el malo, que cumple medio siglo; Terciopelo Azul —este año se celebran 30 desde su estreno—, o El Silencio de los Corderos.

Pero la reina de estas retrospectivas será Dentro del laberinto, genialidad de Jim Henson con el villano más inolvidable, el David Bowie. Habrá también cine español como la inigualable Amanece que no es poco. Y un cuarteto de temporada: Truman, Cien años de perdón, La Novia y Kiki, el amor se hace. Los más frikis podrán disfrutar de madrugada con las Midnight Movies: desde Deadpool, Akira o el humor absurdo de Monthy Python en Los caballeros de la mesa cuadrada. En general, una programación apta para toda clase de cinéfilos y que se puede disfrutar en silencio y entre tinto y tinto de verano.