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El Museo del Mamut cerrará a finales de octubre por falta de medios

El centro privado exhibe reproducciones y restos de fauna de la Edad del Hielo

Clara Blanchar
Una sala del museo.
Una sala del museo.Albert Garcia

El Museo del Mamut de Barcelona —que pese a su nombre no es un museo reconocido oficialmente y que hace unos años saltó a la actualidad por el robo que protagonizó su ex director- tiene previsto cerrar el 25 de octubre próximo. La razón es que el mecenas ruso que contribuía a pagar el alquiler del local ha fallecido y sus dueños no pueden afrontar el pago, explican sus propietarios. El centro, pequeño y poco conocido por el gran público, está en los bajos de un palacete de la calle de Montcada y exhibe, además de una reproducción de mamut a tamaño natural cubierto con pelo de yak, una colección privada de huesos y defensas de esta especie y esqueletos de otros animales de la Edad del Hielo, como el rinoceronte lanudo. Los mamuts se extinguieron hace 10.000 años.

La colección pertenece a un piloto ruso, Sergei Slesareva, que de tanto trasladar expediciones de paleontólogos a Siberia se aficionó al tema hasta tener su propia colección de restos conservados bajo el hielo. El centro tiene 15.000 visitantes anuales, según su propietario, que asegura que los restos que exhibe son “de gran valor”. La Generalitat, por su parte, mantiene que buena parte del material que se exhibe no es auténtico.

Abierto el centro en 2010, Slesareva explica que eligió Barcelona porque coincidió que un par de años antes su hija Yulia estudiaba en la ciudad y en Viladecans se produjo un hallazgo de huesos del animal. “La gente no sabía que aquí también hubo mamuts”, mantiene el piloto, que asegura que invirtió 500.000 euros en abrir la colección al público. Con los años, Slesareva ha estudiado paleontología. Su hija, hoy directora del museo, ejerce de traductora, porque él, que tiene otros dos museos en Siberia y en Moscú, no habla español.

“Nos gustaría que el museo se quedara en Barcelona, pero hemos encontrado un inversor que se lo podría llevar a Cerdeña”, explican. A la ciudad de Cagliari, en el sur de la isla italiana. La familia se ha dirigido por carta al Ayuntamiento y fuentes municipales del área de cultura explican que están pendientes de agendar una reunión para escuchar el caso.

Desde el departamento de Cultura de la Generalitat informan que el Museo del Mamut no está inscrito en el Registro de Museos de Cataluña: “No es legalmente museo porque no cumple ni de lejos las condiciones técnicas reguladas por la legislación y porque tiene finalidad de lucro”.

Cultura, a través de la dirección General de Archivos, Bibliotecas, Museos y Patrimonio, apunta que la exposición “no tiene funciones museísticas” y que “buena parte de los materiales no son auténticos”. “Es una colección privada y la decisión que tomen es responsabilidad exclusiva de sus propietarios. Los materiales que expone no están protegidos como patrimonio cultural y esta dirección no tiene nada que decir sobre el destino que les quieran dar”, señalan.

Tienda de marfil

En la Generalitat subrayan además que el centro “está vinculado y comparte espacio con una tienda de venta de marfil”, de figuras de marfil de mamut, un espacio donde el centro realiza actividades para grupos y que tiene salida propia a la calle.

Este marfil, con todo, tiene autorización para venderse, porque procede de animales extinguidos y extraídos de bajo el hielo, indican las mismas fuentes. En la tienda hay otros recuerdos, como mamuts de peluche, imanes de nevera o postales hechas con hologramas.

El robo en el museo se produjo en febrero de 2012 y su autor resultó ser el ex director del centro. Los ladrones se llevaron 24 colmillos de la parte de la tienda, de 50 kilos de peso cada uno, y varias figuras con diamantes y oro incrustado. En total, el valor de las piezas sumaba entre un millón de euros y medio millón (según la fuente) y el ex director esgrimió entonces motivos laborales para el robo.

Los propietarios del museo tampoco se han puesto en contacto con el Instituto Catalán de Paleontología, explica su técnico de patrimonio paleontológico, Jordi Galindo. La colección, explica, queda lejos de su materia de estudio, pero podría tener interés “como material de comparación para los restos” locales. Restos de mamut que se han encontrado en Castelldefels, Sant Vicenç dels Horts, Arenys de Mar, Viladecans, Balsareny o el río Ripoll en Sabadell.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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