Absueltos los tres acusados de formar la cúpula de Anonymous en España
La juez considera que no ha quedado demostrado que hiciesen caer la web de la Junta Electoral Central
La juez ha decretado hoy la absolución de los tres acusados de formar parte de una supuesta cúpula de Anonymous en España. La juez considera que no ha quedado demostrado que Yuri L., Rodrigo T. y José María Z. conspiraran de manera conjunta y ordenasen un ataque a la Junta Electoral Central dos días antes de las elecciones de mayo de 2011. El Fiscal pedía cinco años de prisión.
"No ha sido acreditado que los acusados pertenecieran al colectivo Anonymous con el objetivo de cometer de forma concertada uno o varios delitos menos graves o de la perpetración de faltas, que con ocasión de la celebración en España de las elecciones locales y autonómicas del 22 de mayo de 2011, con la finalidad de entorpecer el proceso electoral se hubieran puesto de acuerdo y hubieran preparado dos ataques de denegación de servicio distribuido (DDOS)", sostiene la titular del juzgado de lo Penal número 3 de Gijón en la sentencia.
La juez argumenta que en base a las declaraciones, tanto de testigos como de acusados, así como de las pruebas periciales, no se puede afirmar que José Maria Z. junto con Yuri L., valiéndose de un servidor de Rodrigo T., organizasen las acciones que se bautizaron como Spanish Revolution, o V de Votaciones, para atacar además de a la Junta, al Congreso, a UGT y a PP, PSOE y Convergència. Y que lo hiciese a través de diveros chats que se crearon en la red, al calor de las protestas sociales del momento.
La sentencia señala también que un técnico de la Junta Electoral Central "aminoró tanto la entidad de los hechos en su día denunciados como la de sus resultados". Dijo que las interrupciones del servicio fueron "intermitentes" y que fue resuelto en una hora. Entonces la entidad calculó que repararlo costó unos 700 euros, pero "no eran tales porque el trabajo lo realizó un empleado en nómina" al que no se le pagó de más por solucionarlo. Señala también que la policía ni siquiera revisó los centenares de correos que recibió la Junta en su buzón, para examinar el contenido.
La juez también anula las pruebas derivadas de los ordenadores y demás dispositivos que se incautaron a los acusados. Considera que se rompió la cadena de custodia, por lo que no se respetaron los derechos fundamentales de los detenidos. Asimismo, sostiene que tampoco es suficiente la declaración, una vez detenido, de José María Z. en la que se autoinculpó, según explicó en el juicio, debido a las circunstancias y a la presión del momento. "Debe tratarse de una declaración voluntaria y espontánea, sin vicios ni situaciones sugestivas, que puedan alterar dicha voluntariedad", afirma la sentencia, por lo que le da prioridad a lo que explicó durante el juicio.
Afea además las vaguedades en la declaración de un policía que se infiltró en uno de los chats de Anonymous, que acabó tejiendo una relación con José María Z. "El agente, tras un detallado interrogatorio, respondió a la mayoría de preguntas que le fueron formuladas con un "no sé" y "no recuerdo", explica, por lo que con su declaración considera que no queda ratificado el informe policial al respecto, y tampoco le es suficiente a la juez la ratificación del instructor de esos informes, porque considera que no tomó parte de esas conversaciones en concreto, sino que solo las ordenó.
La Policía Nacional anunció en rueda de prensa la detención de los tres acusados, por formar parte de la supuesta cúpula de Anonymous en España, en un momento en el que el movimiento del 15-M estaba movilizándose a través de las redes. Lo hicieron dos mandos policiales, que mostraron varias de las caretas de Anonymous, y que afirmaron que formaban parte de una cúpula operativa del movimiento en España.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.