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Una denuncia por maltrato hace caer a una red de narcotráfico

Los siete traficantes de hachís y cocaína han reconocido los cargos y han sido condenados por la Audiencia de Pontevedra

Agentes del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Pontevedra llevaban varios meses detrás de un grupo estable de siete traficantes que distribuían cocaína y hachís en varios del sur de la provincia. Su centro de operaciones, donde preparaban las sustancias para la venta, era una nave comercial de Cambados.

Tras varios intentos para desmantelar la red, una denuncia por maltrato que hizo por teléfono la mujer de uno de ellos, también implicada como miembro del grupo, permitió a la policía cerrar la investigación y llevarlos a juicio casi tres años después. Todos fueron condenados este martes por la Audiencia de Pontevedra tras reconocer los hechos y con una rebaja de las penas, tras llegar a un acuerdo de conformidad con el fiscal antidroga de Pontevedra.

Los principales cabecillas del grupo eran Fernando Fariña, Jesús Pereira, con antecedentes penales, y Manuel Santoro, que utilizaba las instalaciones de su empresa como almacén de droga donde la preparaban y envasaban al vacío antes de entregársela a los compradores.

Fariña era el que acudía a las reuniones con los vendedores para cerrar el punto de las entregas y el precio de la droga, mientras Pereira era el principal distribuidor en la zona sur de la provincia, donde residía.

Otro de los vendedores que trabajaba para la red era Marco Antonio Patiño, que utilizaba como correo a Jaime Radío. Los agentes pudieron controlar varias partidas que salían de la nave de Cambados. En una de ellas estuvieron a punto de detenerles tras darles el alto, pero tras una brusca maniobra evasiva del coche que conducía Jesús Pereira, al que acompañaba Fernando Fariña, y que pudo costarle la vida a uno de los guardias, los traficantes lograron huir sacando el coche de la carretera y atravesando a gran velocidad una finca colindante.

El 15 de diciembre, la Guardia Civil acudió al domicilio de Jesús Pereira en Salceda de Caselas tras recibir una denuncia por maltrato que había hecho su mujer, Elena Ciubaturu, y que también era investigada como cómplice de su marido en la venta de droga que realizaban desde su piso.

La mujer había denunciado a su sobrino, ambos de nacionalidad rumana y con residencia ilegal en España. Pero el presunto maltratador se defendió y entregó a los agentes una maleta donde el matrimonio escondía la droga que tenían preparada para su venta. Tras un registro, localizaron más sustancias y efectos como una libreta de anotaciones donde daban cuenta de nombres de clientes, de los pedidos que recibían y las entregas, una información que remató la operación policial con la implicación de otro miembro del grupo, Juan Carlos Bugallo. Este proporcionaba regularmente pequeñas cantidades de cocaína a Fernando Fariña, además de tener su propia red de contactos de consumidores en localidades de Arousa.

En total fueron intervenidos cerca de un centenar de teléfonos y dispositivos electrónicos que empleaba el grupo para comunicarse, además de estupefacientes. En la entrada y registro de la nave, la policía sorprendió a su dueño, Manuel Santoro, manipulando varias bolsas con más de 200 gramos de cocaína, valorados en 22.000 euros que ya estaban preparadas para su distribución.

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