Nadie puede encarcelar a la bailarina

La bailarina no se mueve sin alguien no abre su caja de música. Permanece estática y encarcelada en su pequeña prisión. Hasta que llega Nino, el fabricante de aviones de papel y le descubre la libertad. Por mucho que ella recele, es cierto, ninguna caja puede retenerla. Pero algo horrible sucede, Nino es atrapado por el hombre sin rostro y entonces ella emprende la aventura de su vida para rescatar a su amigo. Los alumnos de la escuela municipal de teatro de Parla han traído este viernes a la Feria del Libro este canto a cortar las ataduras ante un entregado público infatil que ha reído, sufrido y gritado con la bailarina y todos los personajes a los que ha encontrado en su periplo. El texto es una adaptación del libro de Alfonso Zurro de mismo título y la actividad ha estado organizada por EL PAÍS.

Encima del escenario se suceden reflejos de la vida real. Dos diablos, uno chica y otro chico, que se dedican a absorber almas. Sin embargo, y aunque ella es una experta en su labor, no tiene permitido llevarla a cabo. En el mundo de Satán, las mujeres no pueden realizar este trabajo, reservado a los hombres. La bailarina no se rinde, y llega hasta una república en la que es obligatorio llevar la cabeza cubierta por una celda. El objetivo de esta regla es que las ideas no se escapen, sino que estén bien sujetas en unos límites. Sigue avanzando y se encuentra con la capitana de un barco que lee con las manos, ante la sorpresa de la protagonista.

En este universo también se topa con los miembros de un circo, una cazadora de zapatos, unas sirenas que la desprecian, una profesora muy rígida que considera que hay que aprenderse los cuentos como si fueran una lección y una chica que se pasa la vida esperando a que pase algo, sin darse cuenta de que es ella la que tiene que provocar los hechos.

Al final de todas sus aventuras, consigue atravesar el mar misterioso y se encuentra a su amigo Nino encarcelado en una multitud de bailarines de cajas de música, que la acusan de ser una rebelde por haber escapado de su prisión.

"La obra intenta demostrar que el 'no' no existe, que al menos tienes que intentar conseguir lo que te propones, una lucha contra las barreras", explica la profesora de inetrpretación de la escuela María Solana. "También hay muchos mensajes en favor de la mujer y en contra de la disegualdad". Entre los 200 alumnos que forman la escuela hay varios con disfunciones psíquicas, como autismo o síndrome de Down. La actriz que interpreta el papel de la capitana de barco que ve con los ojos es invidente.

"Es incréible la vida cultural de Parla y este proyecto se siente como uno más e intenta hacer partícipes a todos los vecinos", apunta Pedro Sánchez, portavoz de la escuela. "El objetivo último de esta iniciativa es integrar a la ciudadanía". Este domingo, la compañía repite el espectáculo en el teatro Jaime Salom de Parla.