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Arcelor Sestao aplaza el sí a jornadas de doce horas para salvar 140 empleos

El plan, auspiciado por UGT y CCOO y rechazado por ELA y LAB, mantendrá la mitad del empleo para producir 12.000 toneladas

Pedro Gorospe
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Vuelta al principio del siglo XX para salvar los empleos. Ese es el dilema. La plantilla de Arcelor ha aplazado hasta el próximo martes la decisión de aceptar o no jornadas de 12 horas, de manera excepcional, en determinados puestos de trabajo de la multinacional, en Sestao, como la única opción de reabrir la firma dos fines de semana al mes para producir 12.000 toneladas de aceros especiales.

En medio de una división notable entre los sindicatos proponentes, UGT y CCOO y los nacionalistas ELA y LAB que se oponen de forma frontal, los trabajadores van a esperar hasta el próximo martes, a una nueva asamblea con más presencia de la plantilla para ver si asumen o no la nueva situación como un sacrificio necesario a la espera de que el mercado mejore y se solucionen los dos problemas que les hacen muy poco competitivos, el alto precio de la energía y los bajos precios del acero chino y ruso.

Si finalmente aprueban el preacuerdo, no perderán el 15% de sus condiciones salariales como proponía la multinacional, pero de los 335 solo sobrevivirán 140, mientras que el resto se acogerán al ERTE, ofreciéndose la jubilación parcial a los nacidos en los años 1955, 1956 y 1957. Unos 50 se quedarán en una bolsa de trabajo. 

La asamblea ha sido tensa y dura, como el ajuste que plantea el preacuerdo entre los sindicatos y la empresa. Pero la alternativa es el cierre, y en esos dos extremos se ha centrado el debate. El texto mantiene la reanudación de la actividad productiva en julio con una producción de 12.000 toneladas al mes. La actividad se concentraría los fines de semana para "aprovechar los mejores costes de la energía eléctrica" con jornadas de 12 horas "con carácter excepcional, en cuanto se mantengan las circunstancias que motivan su implantación, en aquellos puestos en que sea necesario".

El nuevo régimen de producción contempla la orientación a productos de alto valor añadido específicos de la planta. En esa línea, los trabajadores deberán adquirir nuevas competencias y trabajar de manera "flexible y polivalente", por lo que la dirección aplicará planes de formación "adecuados a tal fin". Por otro lado, se indica que el plan social está condicionado al "cumplimiento global del resto de variables previstas en el plan industrial, en cuanto a la implicación del resto de agentes sociales e institucionales".

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El Gobierno vasco no ha visto con demasiados buenos ojos la propuesta, y exigirá a la firma que ofrezca garantías de continuidad para seguir recibiendo ayudas. Arcelor, en una nota ha explicado

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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