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La cadena hotelera de Jordi Clos mira hacia Ámsterdam

El empresario ubica la sede del grupo en Madrid, desde donde quiere expandirse al exterior

Camilo S. Baquero
El hotel Banke de París
El hotel Banke de París

Derby Hoteles, la cadena de la familia Clos, tiene los huevos puestos en todas las cestas del alojamiento para turistas. Además del negocio del hotel tradicional en tres países, es propietaria de 11 bloques de pisos turísticos en Barcelona (entre lujo y estándar). Se trata de un mix que permite afrontar el cambio en los gustos del mercado y satisfacer un abanico más amplio de clientes. Una oferta a la que la empresa le da un giro de tuerca más. En algunas habitaciones de hotel se instalarán pequeñas cocinas, dando como resultado un producto de alojamiento inédito. Derby descarta crecer más en España y plantea aterrizar pronto en Ámsterdam.

Este experimento híbrido, explica el presidente de la empresa Jordi Clos, busca generar un valor añadido. “Buscamos un espacio más personal. Nos encontramos con clientes que durante su estancia quieren cocinar una cena romántica”, cuenta el empresario. Se trata de un paso más allá después de dotar las habitaciones, por ejemplo, con teteras de agua caliente o máquinas de café de cápsula.

El Caesar, el cuatro estrellas de la cadena en Londres, incluirá el nuevo mobiliario en su plan de renovación de amueblamiento. Derby abrió allí en 2004 y redujo el número de habitaciones existentes en el inmueble para hacerlas más espaciosas, algo que volverá a hacer. De las 140 actuales pasará a 120. Las cocinas, agrega Clos, estarán diseñadas de una manera que puedan ser ocultadas si el cliente lo desea y siempre manteniendo la línea de lujo y diseño de los hoteles. En el caso barcelonés, la normativa impide almacenar alimentos en las habitaciones, pero la idea es que el uso no sea muy intensivo.

Sube ocho euros el precio medio por habitación

El precio medio de una habitación hotelera en Barcelona subió el año pasado una media de ocho euros, explicó Jordi Clos. Con sus dos sombreros, el de presidente de una cadena y el líder del Gremio de Hoteleros, el empresario también habla de otro buen resultado: la ocupación también ha experimentado una mejora de dos puntos. Para Clos la asignatura pendiente sigue siendo “una subida en el listón del tipo de visitante” y la lucha contra los pisos turísticos que están mezclados con los vecinos. Cree que el cierre del grifo hotelero impide que Barcelona pueda optar por grandes eventos y es muy crítico con que el Ayuntamiento no vea con buenos ojos planes como el del turismo sanitario. “No afecta en nada a la sanidad pública”, afirma.

El grupo hotelero también ve en la gastronomía un campo en el cual crecer. Hasta ahora, acepta Clos, los restaurantes dentro de los hoteles se veían más como un complemento que como una línea de negocio con vida propia. Una visión que ha cambiado, acepta el empresario, por la visión de su hijo Joaquim, que cada vez gana más peso dentro de la organización y ya es el director general de la cadena.

Una muestra del nuevo paradigma son los cambios en el Banke, el hotel cinco estrellas de Derby en París, al que este diario visitó en un viaje de la cadena. Allí la oferta gastronómica de su restaurante Josefin esté firmada por el chef Romain Rolaned, con trayectoria en la capital francesa. Un impulso similar se experimenta en los restaurantes del hotel Claris o el madrileño Urban.

Derby subió su facturación un 6,5% el año pasado, llegando a los 74,3 millones de euros. Unos resultados que podrían haber sido mejores de no ser por eventos como los atentados de París en noviembre pasado, que tuvieron un efecto en la temporada de fin de año. Allí las pernoctaciones han caído un 25% y Clos confiesa que le ha pasado factura a su establecimiento, un bello edificio de principios del siglo XX y que antes albergó el Banque Suisse et Française. Los hechos coincidieron además con el upgrade del hotel a las cinco estrellas.

“Diversificar las inversiones a través de Europa es la garantía de continuidad y estabilidad de la empresa”, explica Clos. El hotelero descarta crecer más en España y mira ahora a Ámsterdam, donde espera aterrizar este año con su hotel número 13. En el punto de mira también tiene a Copenhaguen y Estocolmo, “ciudades que tienen un mix de turismo y negocios. No nos interesa un destino 100% turísitico”, agrega.

Una expansión por la cual, asegura, tiene todo el sentido haber trasladado su conglomerado empresarial de Barcelona a Madrid, donde por ejemplo hay una fiscalidad más favorable en el impuesto de sucesiones. “Fue una cuestión de imagen corporativa y de capacidad económica”, defiende Clos. “Los hoteles siguen pagando impuestos allí donde están”, recuerda. Tampoco ve incongruencias con hacer ese movimiento y presidir el Gremio de Hoteleros: “soy el presidente porque así lo quieren mis compañeros”, asegura.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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