Una pintura digna del Prado
Balclis subasta este jueves ‘Doña Mariana de Austria’, una obra inédita realizada en el taller de Velázquez en el siglo XVII
La pintura que sale a subasta este jueves en la sala Balclis de Barcelona muestra la gran diferencia que existe entre llevar la firma de un gran maestro de la pintura universal como es Diego de Velázquez, o de alguno de los artistas que trabajaron en su taller, aunque lo hiciera bajo la atenta mirada del maestro. Pinturas de 'Doña Mariana de Austria' (1634-1696) esposa del rey Felipe IV —un matrimonio que se llevó a cabo, pese a la diferencia de 30 años de edad entre tío y sobrina, tras fallecer su primo, el infante Baltasar Carlos, para conservar la hegemonía familiar en Europa—, se conocen hasta ahora tres versiones: La primera atribuida al sevillano que pintó entre 1652 y 1653 y que conserva El Prado, la mejor de las tres; una segunda en el Kunsthitorisches de Viena, que con toda seguridad es de Velázquez y una tercera que seguro que no lo es, que se conserva en el Louvre y que España entregó a Francia (con otras piezas) para que devolviera la Dama de Elche.
La obra que sale a la venta, en manos hasta ahora de un coleccionista español que, por supuesto se mantiene en el anonimato, sería la cuarta versión de este retrato oficial de la reina. El precio de salida es de 50.000 euros, un valor considerado bajo teniendo en cuenta la retratada y que la pintura podría haberla ejecutado Juan Bautista Martínez del Mazo (yerno de Velázquez) o Benito Manuel Agüero, dos de los colaboradores más próximos del maestro. “Ha habido mucho interés previo por la pintura, que está en un perfecto estado de conservación, pero nadie se ha manifestado como dispuesto a adquirirla, por no ser el primero”, asegura Enric Carranco, responsable de pintura de Balclis, que no duda en calificar la obra como de “importante contribución al corpus del taller de Velázquez”. El último cuadro vendido de Velázquez, un retrato de Felipe IV, alcanzó en 2015 los 750.000 euros.
La visión de este enorme cuadro de más de dos metros de alto por uno de ancho, remite a las obras del gran pintor de la corte. De hecho, en todas las versiones la reina luce la misma indumentaria —de terciopelo negro y plata— y solo cambian los pliegues del cortinaje que enmarca el cuadro y subrayan el rango de la retratada, el tocado, una enorme peluca con plumas y lazos del mismo color rojo que luce en las muñecas. La postura también es la misma: la reina estira su brazo derecho hacia el respaldo de un sillón y con su mano izquierda sostiene un pañuelo. En esta que ahora se vende se ha eliminado el reloj que aparece en las otras, que remite a la prudencia que ha de tener una reina.
Tras el enlace de Mariana y Felipe surgió la necesidad de difundir la imagen de la nueva reina, pero Velázquez llevaba un año en Italia. “Los especialistas creen que del Mazo pudo pintarla por primera vez, pero esta obra ha desaparecido”. A la vuelta de Italia, Velázquez y el taller, con Mazo al frente, se entregaron a la realización del resto de los retratos de la nueva reina. “El tema del taller de Velázquez, como el del Greco, está en continua revisión, e incluso las atribuciones a del Mazo es un tema polémico”, prosigue Carranco, que mantiene que desde Balclis no han querido entrar en este tipo de discusiones, pero esperan que la obra alcance un precio mucho mayor que el que tiene de partida.
Pañuelo más pequeño
El experto no duda en calificar la obra en venta de “retrato pretencioso” ya que su autor se permitió licencias como la de dibujar un pañuelo mucho más pequeño. “En la pintura del Prado el pañuelo es enorme y baja hasta debajo de la rodilla, en el caso de esta pintura el pañuelo es de tamaño mucho más reducido”. Carranco descarta la mano de Velázquez en la pintura que se vende este jueves. “Se ha radiografiado y no hay presencia de arrepentimientos, uno de los rasgos más característicos del pintor. Esta pintura se realizó de una vez”, explica. También ha estudiado las radiografías del cuadro madrileño “y en la zona del pañuelo tampoco se ven arrepentimientos, por lo que no hubo un pañuelo más pequeño en ningún momento que pudiera copiarse”. Por eso, no hay duda de que la pintura que se venderá esta tarde la realizó alguien próximo a Velázquez que, “pese a que defendía y velaba por la ortodoxia de los retratos”, no dudó en aceptar estos cambios con el original.
Esta Mariana de Austria quizá nunca podrá exponerse junto a su hermana del Prado, pero durante los tres días que ha durado la subasta ha sido la reina de esta sala barcelonesa ya que ha presidido, detrás del atril donde se rematan las pujas, la venta de casi 2.200 lotes, una de las mayores subastas que se han realizado en España en los últimos años.
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