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Carmena quiere trocear el circo Price y entregar parte a asociaciones sociales

La oposición se opone en bloque a un intento de “desmembrar” este espacio cultural, que se discutirá en pleno con dictamen desfavorable

El Ayuntamiento de Madrid, que preside Manuela Carmena, ha decidido renunciar a un pedazo del circo Price, cuya gestión entregará a asociaciones culturales y sociales. Se trata de una superficie de 1.307 metros cuadrados, que dejará de ser administrada por la empresa municipal Madrid Destino, “rebajando así los costes de mantenimiento, seguridad, etcétera”. Para la concejal de Cultura, Celia Mayer (Ahora Madrid), se trata de “un experimento” que no implica “externalizar o enajenar patrimonio público, sino enriquecerlo con un modelo de cogestión junto al tejido cultural madrileño”. La oposición en bloque ha censurado sin embargo esta decisión, que en su opinión “desmembra” este espacio cultural. La iniciativa ha recibido así el dictamen desfavorable de la comisión de Cultura, con el voto en contra del Partido Popular, el Partido Socialista y Ciudadanos. Se discutirá en cualquier caso en el pleno de la semana que viene.

Función de Cristina Togni en el circo Price.
Función de Cristina Togni en el circo Price.

La propuesta votada esta tarde en la comisión municipal de Cultura abogaba nominalmente por “la modificación del acuerdo plenario relativo a la gestión directa del servicio público gestionado en el Teatro Circo Price”. Es decir, en principio, abría la puerta a que el Ayuntamiento dejara de gestionar este espacio cultural para pasarlo a manos privadas. Así será, pero en vez de entregarlo a una empresa, lo que pretende el gobierno municipal es cedérselo (no entero, sólo una parte) a asociaciones culturales o sociales.

Mayer ha incluido esta decisión en el contexto de la cesión de espacios municipales a asociaciones vecinales. Sin embargo, esta iniciativa se refiere a espacios vacíos y sin uso, no a un teatro en funcionamiento.

El Ayuntamiento aprobó en febrero las directrices para regular la cesión de espacios públicos municipales a asociaciones vecinales, sociales y de otra índole que precisen de un local para llevar a cabo sus actividades. En una primera fase, se pondrán a su disposición cinco espacios públicos; el mayor de ellos ocupa 1.000 metros cuadrados en el antiguo mercado de frutas y verduras. Estas cesiones, en cualquier caso, según las directrices aprobadas, atañe a espacios “en desuso o infrautilizados”.

25 millones de inversión pública

Pero el teatro Price no cumple estas condiciones. Este espacio se inauguró en marzo de 2007, tras una inversión de 25 millones de euros. “Madrid se incorpora a la red de grandes ciudades europeas como París, Lisboa, Munich, Budapest, Ámsterdam o Bruselas que tienen circo estable”, explicó el entonces alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón (Partido Popular). Este espacio cultural se usa desde entonces no sólo para acoger funciones de circo, sino también conciertos y otras actividades culturales.

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Esa inversión permitió convertir una antigua fábrica de galletas en un espacio de 17.000 metros cuadrados con una sala principal (con una pista circular y un escenario, y un aforo de 1.706 y 1.308 localidades) y otra secundaria (129 localidades), además de dos de exposiciones y una de ensayos.

El Ayuntamiento considera que una de esas salas de exposiciones, que se estaba utilizando para talleres didácticos, podría acoger parte de las oficinas del Price. Las actividades culturales que se llevaban a cabo allí se trasladarían a un edificio diferente, y la sala de exposiciones se convertiría así en un espacio administrativo, acogiendo a trabajadores públicos. Estos dejarían vacías parte de sus actuales oficinas, que serían el espacio que se cedería a las asociaciones sociales. Mayer no ha aclarado si estas se limitarían a usar ese espacio como local, o participarían de alguna forma en la oferta cultural del Price.

La oposición, en contra en bloque

La concejal socialista Mar Espinar ha criticado esta decisión, que “podría abrir la puerta a la disección de un referente cultural”. “No aprobamos que los grandes contenedores culturales queden difuminados por decisiones políticas. No vamos a permitir que estos espacios terminen en manos ajenas. Plantean dividir el circo Price, cortar una de sus partes para convertirla en algo ajeno, plantean desmembrar un espacio cultural”, ha censurado.

La concejal del Partido Popular Isabel Rosell también se ha mostrado “en contra de trocear los equipamientos culturales”, al igual que la edil de Ciudadanos Sofía Miranda, que ha destacado que el Price es “un espacio singular que permite a los madrileños tener un circo estable”.

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