El Gobierno valenciano rechaza la única oferta por la Ciudad de la Luz
La falta de aval anula la única propuesta por los complejos de cine
Desierto. Así ha sido declarado el proceso de subasta de la Ciudad de la Luz, por segunda vez, y así continuará el recinto del que fuera buque insignia de las inversiones públicas de la Generalitat presidida por Eduardo Zaplana en Alicante, que hoy se hunde un poco más hacia el abismo de la desaparición. La única empresa que presentó una oferta, Cine Space Ñ, lo hizo sin aportar la fianza de 4,7 millones de euros (5% del valor de tasación) con la que el Consell pretendía asegurar la solvencia de los hipotéticos compradores. En su lugar, ha presentado un escrito argumentando en contra de la obligatoriedad del aval, el primer requerimiento que exige el pliego de condiciones, un debate jurídico en el que la mesa de contratación ni siquiera ha entrado, ya que el aval se considera condición ineludible para aceptar la propuesta.
Sin aval, el contenido del sobre que a mediodía de este lunes se ha abierto en la Consejería de Economía y Hacienda, en Valencia, donde se debía especificar el plan de negocio diseñado por los ofertantes, ni siquiera ha sido objeto de análisis, y el sobre que contiene la propuesta económica quedará sin abrir, trámite que de haberse aprobado el inicial se habría realizado el miércoles en acto público a celebrar en las instalaciones de Ciudad de la Luz.
Las fuentes de la Generalitat consultadas señalan que la ausencia de comprador aboca a la sociedad al concurso de acreedores y, dado el enorme desequilibrio de su balance, a la liquidación. De modo que las posibilidades de que Alicante viva la resurrección de los estudios cinematográficos que el director Ridley Scott calificó como “los mejores del mundo”, se alejan hoy puede que definitivamente.
El plan de negocio de Cine Space Ñ consiste en un documento de 44 páginas en el que se preveía “iniciar de forma inmediata la actividad de producción cinematográfica y poner los estudios en funcionamiento bajo nuevas capacidades tecnológicas”. James Martínez, uno de los socios de la empresa, asegura que “la Generalitat ha desperdiciado una oportunidad única de hacer que un grupo de profesionales extranjeros viniera a Alicante a convertir la Ciudad de la Luz en un éxito”. Y califica de “tecnicismo”, el hecho de que la subasta se declare desierta “por un aval exagerado, como demuestra el hecho de que nadie más se haya presentado”.
La propuesta anunciaba la “creación de un campus de investigación” e incluso “la puesta en marcha de un centro de formación universitaria internacional (avalado por la Universidad de Arkansas) y de un vivero de empresas tecnológicas”. Sin embargo, el incumplimiento de las exigencias básicas del pliego no ha permitido siquiera el análisis de esa documentación.
La Generalitat ha calculado que los anteriores Ejecutivos regionales gastaron unos 500 millones de euros en el complejo audiovisual. Una sentencia del Tribunal General de la Unión Europea declaró ilegal en 2014 la aportación de 274 millones de euros al complejo por parte de la Generalitat, al considerarlas ayudas del Estado contrarias a la normativa de competencia, y obligó a venderla para recuperar los fondos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.