Los manteros vuelven al sol
Decenas de vendedores ilegales regresan a la zona portuaria de Barcelona
La Guardia Urbana de Barcelona, los Mossos d’Esquadra y la Policía Portuaria expulsaron a principios de noviembre a los vendedores ilegales que habían convertido los alrededores del monumento a Cristóbal Colón, el Moll de la Fusta, el Moll del Dipòsit y el Moll de la Barceloneta en un auténtico zoco de la venta ilegal de productos falsificados.
La técnica policial que acordaron entonces los tres cuerpos fue intensificar la presencia de agentes y regar continuamente el suelo porque con las baldosas encharcadas de agua los manteros no podían colocar su mercancía. Desde entonces, agentes y manteros han estado jugando al gato y al ratón por las calles de la ciudad. Las medidas policiales fueron efectivas pero fue reduciéndose el número de agentes y se dejó de encharcar los suelos de los muelles barceloneses.
Desde hace una semana los manteros han vuelto a adueñarse de algunas zonas de la ciudad. Decenas de vendedores ilegales aprovechan la presencia de turistas para plantar sus mantas en el Port Vell. Los cuerpos de seguridad siguen presionando pero el número de manteros es muy elevado y según fuentes policiales “en ocasiones encararse a ellos puede provocar un daño superior”. Los propios manteros aseguran que el número de vendedores siempre se eleva en verano. “Algunos se dedican en invierno a la chatarra pero cuando llega el buen tiempo es más rentable la venta”, asegura uno de los manteros. La presencia policial les obliga a marcharse pero el número de mantas se cuenta ya por decenas.
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