Del hierro a los ‘gastrocruceros’
Los cruceros, que crecerán este año un 20%, toman el relevo del hierro, la siderurgia y la industria naval en el puerto de Bilbao, y simbolizan el nuevo modelo turístico de la ciudad
Valladolid 15 de junio de 1300. Sepan por esta carta quantos la vieren e oieren como yo Diego Lopez de Haro señor de vizcaia en uno con mio fijo don Lope diaz et con placer de todos los vizcaínos hago en Bilbao de parte de Begoña nuevamente población e villa que dicen el puerto de Bilbao.
Así comienza la carta puebla, el acta fundacional de la villa, que tomó su nombre de una infraestructura entonces ubicada junto a la iglesia de San Antón y frente a las murallas que delimitaban la ciudad. Paralelo a la historia de Bilbao, durante cientos de años, el puerto sirvió principalmente de entrada a diversas materias primas con el interior de la península ibérica como destino.
Pero llegó el siglo XIX y, con él, la revolución industrial, que en Bizkaia se apellidaba hierro. La fuerte demanda extranjera provocó que su exportación se multiplicara, con la consiguiente dificultad para el movimiento de buques cada vez mayores y un efecto dominó: la población comenzó a empujar ambos márgenes de la ría del Nervión y la industria transformó la economía local.
La solución, camino de 1900, fue la construcción en Portugalete del Puerto Exterior, la primera gran obra portuaria de la ciudad y que dio vía libre a la entrada de grandes barcos. Con una ría con mayor calado y potentes infraestructuras, explotó un segundo apellido: el acero. La creación en 1902 de Altos Hornos de Vizcaya -mediante la fusión de tres empresas- fue el germen del gran motor del territorio en general y de la margen izquierda en particular durante buena parte del siglo XX.
En sus 18 kilómetros de muelles, sobre todo en Sestao y Barakaldo, el paisaje pasó a ser dominado por las enormes grúas de los astilleros. Y así, la exportación siderúrgica, basada en la riqueza mineral del suelo y el remodelado puerto, hizo de Bizkaia uno de los grandes proveedores de metales de Europa.
El Azura fue el barco que inauguró la temporada
Pero en los años 80 del pasado siglo, la tempestad llegó en forma de reconversión industrial. El desmantelamiento de su forma de vida sumergió al sector naval, e incluso a Bizkaia, en una profunda crisis. Impulsado por las instituciones públicas, al final del túnel apareció el sector servicios. Se transformó la economía, la anatomía de la urbe y, con ella, también el puerto de Bilbao.
En 1992 la Autoridad Portuaria inició una ambiciosa ampliación en el Abra Exterior, que pronto sería la base de un turismo que este año espera en Getxo 100.000 viajeros y un crecimiento del 20% en el número de operaciones: los cruceros. La temporada fue inaugurada el pasado día cuatro por el 'Azura', buque italiano de 290 metros de eslora, 14 cubiertas y capacidad para 3.600 pasajeros y una tripulación de más de 1.500 personas.
Es el primero de los 52 cruceros que surcarán en 2016 el puerto de Bilbao y entre los que está el 'Monarch', de Pullmantours, que pasará por Bilbao el 12 de junio camino del norte de Europa -hacia los fiordos noruegos y el Báltico- y de nuevo el 17 de septiembre en dirección contraria, hacia El Caribe. La naviera que lo opera, Pullmantur -la primera en emplear el Abra como punto de embarque y desembarque y no solo de tránsito-, busca diversificar el negocio, conquistar a nuevos públicos. Entre sus objetivos, la gente joven.
El Monarch de Pullmantours llegará el 12 de junio
Para estos mochileros sin mochila hay novedades, como precios más asequibles (desde 400 euros por persona y semana con todo incluido) o barcos donde encontramos desde un rocódromo hasta pistas para practicar running. Pero también miran a las empresas -organizan cruceros para empresas o congresos- o al turista gastronómico -han fichado a Paco Roncero, cocinero con dos estrellas Michelin, para elaborar los platos de su carta-. Todo esto en un momento en el que el puerto está en plena ampliación.
Desde el pasado enero se construye una nueva terminal de pasajeros. Tras invertir cinco millones y medio de euros, estará lista en el primer trimestre de 2017, es decir, para la próxima temporada de verano. Por ella pasarán miles de turistas que, eso sí, pisan durante apenas ocho horas la ciudad. Vamos, que deberán darse mucha prisa si quieren hacer aquí algo más que visitar el museo Guggenheim.
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