El fiscal pide el archivo del caso del joven hallado muerto en el Henares
El ministerio público cree que no hay "indicios" de que se tratase de un homicidio
La fiscalía ha pedido el archivo de la causa que investiga la muerte de Richard Angel, el joven cuyo cadáver fue hallado el 20 de febrero de 2015 en el río Henares a su paso por Alcalá al no apreciar indicios que apunten a un homicidio.
En el escrito, fechado el 15 de marzo, el ministerio fiscal solicita al Juzgado de Instrucción número 2 de Alcalá de Henares el sobreseimiento provisional al entender que la instrucción se ha desarrollado por unos cauces que no permiten imputar a nadie la muerte del joven, pese a que ocho personas fueron detenidas por estos hechos, si bien todos quedaron en libertad.
Se interesa el sobreseimiento de la causa "al no constatarse indicios objetivables para acreditar ni que la muerte fuera de etiología homicida, ni que permitan su atribución a personas concretas". Cree que ya se ha investigado todo, por lo que ahora la jueza debe resolver sobre si archiva o no la causa.
De esta forma, la fiscalía se opone a las peticiones de la familia del joven, que reclamó una segunda autopsia ante los "errores" apreciados por un nuevo informe forense, ya presentado a la juez, y que dice que "la muerte de Richard es compatible con una muerte violenta producida fuera del agua", en alusión a que "soportó una paliza justo antes de perder la vida".
La fiscal considera que las lesiones que sufrió Richard como consecuencia de una pelea a la salida de la discoteca Decano en la madrugada del 31 de enero al 1 de febrero no le provocaron la muerte y que, por tanto, el informe pericial de la familia se basa en "meras hipótesis carentes de fundamento objetivo alguno".
Recuerda que la autopsia del cadáver concluyó que no era posible determinar si la muerte violenta se produjo de forma accidental, homicida o suicida, y que no se evidenciaba signo alguno de violencia o de empleo de arma blanca ni en el cuerpo ni en las ropas del fallecido.
Es más, destaca que los médicos forenses señalaron que las lesiones provocadas por la pelea previa no tenían entidad suficiente para producir la muerte. Además, manifiesta que el fallecido había consumido alcohol, cannabis y paracetamol aquella noche y que, de hecho, el joven había sido ingresado en el hospital por intoxicaciones etílicas en otras ocasiones.
Sobre los detenidos, dice que fueron los propios investigados los que inmediatamente tras conocer que Richard no había acudido a su domicilio comparecieron voluntariamente en comisaría y reconocieron que tuvieron una pelea con él.
Tan solo un testigo volvió a verle con vida tras la reyerta, pero recuerda el fiscal que ofreció "versiones distintas y contradictorias "en cada una de sus declaraciones y también respecto a la de otros testigos e investigados, que "no han sido corroboradas por ningún otro indicio o elemento". "Y en todo caso, solo acreditarían una o dos peleas, pero no el resultado de muerte, pues el fallecido abandonó el lugar solo, sin que nadie presenciara lo sucedido a continuación", añade.
Richard Angel desapareció en Alcalá la madrugada del 1 de febrero en las inmediaciones de la discoteca Decano, situada a escasos metros del caudal del río Henares. Vivía con su padre en la cercana localidad de Meco y salió con unos amigos a celebrar un cumpleaños la noche del viernes 31 de enero.
Ya en la madrugada del día 1, según relataron sus amigos a su familia, había bebido y golpeó sin querer a una chica, lo que motivó que el novio de ésta y unos amigos comenzaran a pelearse con él y le golpearan. Sus amigos intervinieron en su defensa, después de lo cual el joven se fue solo de la discoteca y no le volvieron a ver. La familia denunció la desaparición al día siguiente y desde entonces se le buscó por diferentes lugares, aunque fundamentalmente por el cauce del río, donde fue hallado veinte días después.
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