Gipuzkoa prevé poner en funcionamiento la incineradora a mediados de 2019
La Diputación adjudicará este año las obras a la empresa privada que gestionará la explotación de la planta durante al menos 30 años
La incineradora de Zubieta, que tratará las basuras de toda Gipuzkoa, estará terminada y entrará en funcionamiento durante el segundo semestre de 2019, según las previsiones que ha anunciado este martes la Diputación guipuzcoana. Las obras de construcción del denominado "centro medioambiental de Gipuzkoa", que inicialmente contempla una planta de combustión y otra de tratamiento mecánico-biológico, se adjudicarán a finales de este año a un "socio privado" que se garantizará la explotación de la infraestructura durante un periodo de 30-35 años.
El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano (PNV), y el titular de Medio Ambiente, José Ignacio Asensio (PSE), han presentado hoy la "hoja de ruta" para la construcción y puesta en marcha de la polémica incineradora que se ubicará en terrenos de Zubieta (en San Sebastián, aunque próximo a Usurbil). El Gobierno foral tiene previsto licitar el proyecto de construcción del Centro de Gestión de Residuos durante esta primavera por un montante de 200 millones de euros.
La vuelta del PNV al poder en Gipuzkoa, donde gobierna en coalición con los socialistas, ha supuesto la recuperación del proyecto de la incineradora que Bildu echó abajo durante su mandato 2011-2015. Este es "uno de sus objetivos estratégicos de la legislatura", en palabras de Olano. Asensio se ha felicitado por estar dando "pasos firmes" para lograr "una solución definitiva" al problema de las basuras con unas infraestructuras "modernas y avanzadas", acordes a las últimas directivas europeas.
El Centro de Residuos de Zubieta se construirá una incineradora con capacidad para 200.000 toneladas anuales de basura, un centro de tratamiento mecánico-biológico (TMB), una planta de biometanización y otras de "valorización" de escorias. En una primera fase solo se ejecutarán las dos primeras, con un presupuesto de licitación de 170 millones la incineradora y 30 millones la planta TMB.
Su adjudicación podría aprobarse en septiembre de 2015 "con el fin de que las obras empiecen a finales de este año", ha explicado el diputado de Medio Ambiente. Los trabajos se prolongarán durante 30 o 33 meses, con lo que ambas infraestructuras podrían estar operativas durante el segundo semestre de 2019.
El Gobierno foral ha desechado el modelo de construcción y explotación directa elegido anteriormente y que Bildu anuló. Esta vez se ha optado por una fórmula "indirecta", de forma que las instituciones no tendrán que poner "un duro" hasta que las plantas estén en marcha, ha comentado Asensio. La sociedad Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK), que integran la Diputación y las mancomunidades que gestionan las basuras, encargará a un "socio privado" la construcción, financiación, explotación y mantenimiento integral de las dos plantas por un periodo de 30 o 35 años.
La empresa que se adjudique la concesión asumirá el riesgo de financiar el 100% la operación "a cambio de explotar la energía producida más un pago por el servicio que abonará GHK", ha informado el titular de Medio Ambiente. De esta forma, ha añadido, se podrá construir el centro de residuos "sin que compute como deuda a la administración foral y garantizar una mayor eficiencia a largo plazo". Las mancomunidades seguirán encargándose de la recogida de los residuos y de su entrega "a pie" de planta en Zubieta.
La Diputación rescata de esta manera un proyecto maldito, sometido a numerosas tensiones y disputas políticas en Gipuzkoa, sobre todo entre el PNV y Bildu. En marzo de 2011, después de muchos debates e intentos fallidos, se colocó la primera piedra del Centro de Residuos de Gipuzkoa, en Zubieta, un acto presidido por el entonces diputado general Markel Olano y el exalcalde donostiarra Odón Elorza. El proyecto de la planta de combustión tenía capacidad para quemar 260.000 toneladas de residuos al año. Con un coste de 223 millones, iba a estar "plenamente operativa" en 2014.
Los planes se truncaron ese año tras la llegada de Bildu a la Diputación de Gipuzkoa. El equipo de Martin Garitano acordó en noviembre de 2013 rescindir el contrato con las empresas constructoras y meses después, en julio de 2014, anunció su solución al problema de las basuras. Bildu programó sustituir la incineradora por tres plantas de compostaje y una de tratamiento mecánico-biológico con una inversión de 131 millones. Anunció que iba a estar en marcha a finales de 2015, pero un nuevo vuelco electoral ese año frustró los planes de la coalición abertzale, que perdió el mando foral a manos del PNV.
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