Sin complejos

El equipo económico de Manuela Carmena está de estreno, acaba de presentar su Plan Presupuestario a Medio Plazo. La primera contradicción, el título, porque si de algo adolece es precisamente de planificación. Ultima con ello una proyección a medio plazo cuyo inicio fueron los presupuestos blindados presentados a la oposición para su no discusión en diciembre. Y digo no discusión porque toda enmienda en contra de Ciudadanos, hasta 214, fue simple y llanamente pasada por el rodillo de PSOE y Ahora Madrid. Hasta el momento, lo que queda claro es que, en materia económica, este equipo de gobierno no situará al madrileño ni al tejido económico ni al empleo en Madrid como eje central de su relato.

Acabada la lectura, queda regusto a libro de buen comienzo y más que decepcionante y predecible final. El inicio prometedor: “Aumentar la inversión para estimular la economía, mantener un sistema progresivo fiscal justo de acuerdo con la renta de cada uno, y reducir la deuda y dedicar el gasto a la mayoría social y no sólo a una minoría privilegiada”. Nada más alejado de lo que de verdad persiguen.

En febrero despertamos con un titular en el que el Ayuntamiento se vanagloriaba de que Madrid había recibido más inversiones en el último trimestre de 2015 que en el ejercicio anterior. Pero lo que no decían era que se trataba de operaciones puramente financieras, que no generan empleo y nada tienen que ver con la gestión municipal. Para el equipo de Carmena, la inversión se circunscribe al ámbito público; desde que llegó al consistorio todas sus iniciativas han ido encaminadas a frenar el ánimo inversor privado y a crear incertidumbre.

El equipo económico municipal, que presume de su hermanamiento con el plan B para Europa y las ideas del ex ministro griego Varoufakis, demuestra con sus actos que antepone sus complejos ideológicos y sus perjuicios a la creación de empleo, como es el caso de la inversión de Wanda en el edificio España o el mercado de Legazpi. Desde que Ahora Madrid está en el gobierno, el ritmo de generación de trabajo se redujo notablemente en 2015, llegando en 2016 a destruir 4.801 empleos.

De momento, en materia fiscal tenemos subidas de algunos tipos de IBI, el ICIO y el IAE; eliminación de bonificaciones del IBI y desaparición del programa Tax-Free. La subida a grandes superficies, marketing para un electorado que liga psicológicamente el impuesto a las grandes marcas, símbolo obsceno del capitalismo. Y no debemos olvidar los 36 millones para la Concejalía de Coordinación Territorial, es decir, para asociaciones diversas y afines de las que no conocemos el objeto de su actividad. Y los 40 millones para estudios técnicos hechos por externos cuando el Ayuntamiento tiene una plantilla de 29.000 trabajadores.

En fin, no lo tenían difícil para mejorar la gestión de quienes les precedieron. Recogieron el testigo de una ciudad con la deuda más alta de toda Europa, y con un nivel de imposición fiscal que machacó durante años a los madrileños. Pero el camino tomado por Ahora Madrid ni garantiza una estabilidad futura ni unas políticas sociales eficaces, y mucho menos el empleo, aunque ellos no lo quieran ver, la mejor de las políticas sociales.

Begoña Villacís es concejal en la capital y portavoz municipal de Ciudadanos.