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Mas niega que CDC esté dando marcha atrás en su independentismo

El expresidente apostó por definir el partido como “soberanista”, antes que secesionista

Mas, en el centro, con militantes de CDC de Sarrià-Sant Gervasi.
Mas, en el centro, con militantes de CDC de Sarrià-Sant Gervasi.juan barbosa

Convergència Democràtica ha dado señales de replantearse su posicionamiento en el independentismo. Sin dejar la secesión como objetivo, son varios los dirigentes que han apostado por modular el discurso. Ayer el líder de la formación, el expresidente Artur Mas, negó que el partido esté dando marcha atrás: "¡Es fantástico! Los que reculamos somos los que nos jugamos la inhabilitación política. No me hagáis reír", apuntó con sorna, antes de participar —teóricamente como un militante más— en el debate de su agrupación para encarar la refundación del partido.

Él mismo inició la matización del discurso, la semana pasada, en una entrevista en Catalunya Ràdio: "La nueva CDC debe ser soberanista, más que independentista", apuntó. A su razonamiento —argumentaba que el partido debía acoger a todos aquellos favorables al referéndum— se sumó el consejero de Territorio. Josep Rull dijo que en la formación cabían los partidarios del derecho a decidir, aunque votaran no a la independencia. El ex consejero Andreu Mas-Colell se unió al coro para afirmar que el Gobierno debía "quitarse de encima" el plazo de 18 meses para dejar a punto la secesión.

El propio Mas intentó frenar el debate el lunes, en la reunión de la cúpula del partido, en la que instó a los dirigentes a dejar claro que no había marcha atrás. Y lo concretó ayer: "Tenemos muy claro que Cataluña debe tener un Estado dentro de la Unión Europea", mantuvo, y añadió que la misión de CDC era convencer a los que no ven clara la secesión: "Si queremos llegar a este objetivo, o sumamos a gente que no está o no lo conseguiremos", insistió.

Los mensajes de la dirección de Convergència inquietan a la CUP, que el miércoles interrogó en el Parlament a la consejera de Presidencia, Neus Munté. "No nos tiemblan las piernas", se defendió la convergente, después de que el diputado anticapitalista Joan Garriga, exhortará al Gobierno a no bajar el ritmo de la independencia.

Mas, siempre atento a los reproches de la CUP, pidió a los anticapitalistas que sigan colaborando con el Ejecutivo y que entre secesionistas no se "hagan la puñeta".

El expresidente subrayó que la Generalitat seguirá el plan marcado para dejar a punto la secesión en 18 meses y buscar un aval a la independencia en las urnas: "Ahora se trata de perfeccionar esta hoja de ruta y ajustarla a las circunstancias cambiantes que vivirá el proceso catalán en los próximos meses, pero la columna vertebral está trazada", añadió Mas.

El líder de Convergència evitó secundar la petición de otros dirigentes de su partido para presentarse junto a Esquerra en unas hipotéticas elecciones generales, posibilidad que rechazan los republicanos. Mas deseó que no haya nuevos comicios porque no sería bueno "ni para Cataluña ni para España".

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